Del micrófono al celular; cómo Morena conquistó el discurso popular

Por: Valeria Marcial

Matices Políticos 

Morena tiene un esquema de activismo político muy bien estructurado y financiado desde los estados, que difícilmente puede igualarse en la actualidad. Aunado a los programas sociales que otorgan apoyos monetarios a adultos mayores, jóvenes, estudiantes, personas con discapacidad, madres solteras y otros sectores, el partido cuenta con un discurso retórico populista que sabe capitalizar muy bien en las masas a través de las redes sociales.

A los medios de comunicación tradicionales, cuyos convenios estratosféricos se les cortó de tajo, esos recursos —y aún más— se han destinado a la creación de microinfluencers de la palabra de la Cuarta Transformación. Repetidores de noticias en redes sociales que, con un formato coloquial, fresco y dinámico, hablan en el mismo lenguaje del mexicano promedio, tanto de arriba como de abajo. Se expresan con frases coloquiales, corrientes e incluso ordinarias. No es crítica, es simplemente una descripción del léxico que se usa entre amigos, compadres, camaradas y comadres.

En México no nos espantamos de las groserías. Lo que sucede es que en televisión, radio y prensa escrita convencional no están permitidas, pues antes se consideraba que estos medios educaban; por ello, el uso de groserías e improperios era condenado y reprobado.

En la 4T saben hablar “a ras de piso”, de tú a tú y sin tapujos, eso sí, adoctrinados para defender su ideología.

Hoy, muchos funcionarios de gobierno en distintos niveles utilizan las redes sociales con seudónimos o pagan a jóvenes para defender a Morena y al sistema gubernamental. Son los mismos jóvenes que no conocieron al PRI en el poder, pero que sí han escuchado que fue lo peor de México. Esa es la diferencia con los “bebés de la izquierda”: repiten sin memoria ni historia lo que dicta la 4T, y atacan al PRI e incluso al PAN, al que catalogan como lo mismo. Sin embargo, sí existe una gran diferencia entre los gobiernos del PRI y los del PAN. Este último es un partido más elitista, con dogmas e ideologías claras y definidas para un sector social específico, pero que no representa a la mayoría. Pero que si gobiernan mejor en algunos casos. 

Lo importante es que al poder se llega con votos. En democracia se gana por mayoría, y esa mayoría recibe de la Cuarta Transformación más mensajes que de nadie.

Morena tiene resultados, pero también arrastra vicios de corrupción que igualan o incluso superan a los del priismo. Sin embargo, hoy mantienen la ventaja de señalar que “los ladrones fueron aquellos y no nosotros”.

El mismo PRI se sepultó con sus excesos en el poder y su estilo de reprimir, justo cuando la tecnología lo alcanzó y ya no fue posible callar a la comunicación. No es lo mismo bajar una nota de radio o televisión con dinero que eliminar publicaciones, videos, fotos o audios que se multiplican en redes sociales. Viralizan en instantes.

La comunicación digital fue un gran impulsor del despertar de México, pero también el clavo en el ataúd del priismo, tras revelarse información que antes permanecía oculta.

Por ello, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo mantiene aún una aprobación tan alta. Por ello la receta se sigue al pie de la letra en cada estado.

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