El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció el despliegue de 25.000 soldados en la frontera con Venezuela, en la región del Catatumbo, como respuesta a la creciente tensión generada por la llegada de ocho buques de guerra de Estados Unidos al Caribe y al Pacífico cercanos a varios países de América Latina.
La presencia naval, calificada por Washington como parte de una “operación antinarcóticos reforzada”, busca intensificar las labores de interdicción de drogas en la región. Sin embargo, Petro cuestionó la justificación estadounidense y rechazó la versión que vincula al gobierno de Nicolás Maduro con el llamado Cartel de los Soles.
“Ese cartel no existe, es una excusa ficticia de la extrema derecha para tumbar gobiernos que no obedecen. El tráfico de cocaína colombiana hacia Venezuela lo controlan mafias cuyos jefes viven en Europa y Oriente Medio. Propuse a EE. UU. y Venezuela que juntos lo destruyamos, coordinando y no sometiendo”, escribió en su cuenta de X.
El mandatario colombiano aseguró que el despliegue de tropas busca enfrentar a los grupos armados ilegales que operan en el Catatumbo, una de las zonas más golpeadas por la violencia y el narcotráfico.
“Solicité la militarización de la frontera del Catatumbo del lado venezolano y he ordenado ampliar la presencia del Ejército colombiano. Tenemos 25.000 soldados en la zona. La tierra no le gana a la mafia, la coordinación entre los estados sí”, afirmó.
Las declaraciones de Petro generaron críticas en sectores políticos estadounidenses. El congresista republicano Carlos Antonio Giménez lo acusó de respaldar a Maduro y advirtió que sus afirmaciones tendrían repercusiones en el Congreso de ese país.
“Petro acaba de firmar su propia sentencia. Negar la existencia del Cartel de los Soles es tan absurdo como decir que la Tierra es plana. En el Legislativo lo tomaremos muy en serio”, dijo el legislador de origen cubano.
En respuesta, Petro replicó que ningún representante extranjero tiene autoridad para “sentenciar” a un presidente elegido en América Latina.
“Si la verdad cuesta cárcel, preso voy también, sargento. Usted no tiene derecho a condenar a un mandatario elegido por el pueblo”, señaló el jefe de Estado.
El intercambio de declaraciones evidencia un nuevo episodio de fricciones entre Bogotá y Washington, en medio de un escenario de creciente militarización en la región y de tensiones por la política antidrogas.
Fuente: Infobae


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