Cumbre presidencial sobre Haití marca un antes y un después en la política dominicana


 República Dominicana

La reciente reunión entre el presidente dominicano Luis Abinader y los expresidentes Danilo Medina, Leonel Fernández e Hipólito Mejía ha sido calificada como un acontecimiento sin precedentes en la historia democrática del país. Más allá de ser un acto protocolario, diversos sectores valoran este encuentro como un poderoso símbolo de madurez política y compromiso institucional frente a la crisis migratoria derivada del conflicto haitiano.

El respaldo fue inmediato por parte de organizaciones sociales, empresariales y académicas, que coincidieron en que esta cumbre representa una oportunidad histórica para construir consensos en torno a una problemática de carácter estructural que afecta al Estado dominicano.

“Por primera vez, coinciden en un mismo espacio cuatro figuras clave del liderazgo político para abordar un tema de interés nacional. Es un hecho de altísimo valor histórico”, expresó Juan Daniel Balcácer, presidente de la Academia Dominicana de la Historia.

Instituciones como Participación Ciudadana (PC) y la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) saludaron el gesto de unidad y subrayaron la necesidad de transformar esta voluntad política en soluciones concretas a través del Consejo Económico y Social (CES).

Leidy Blanco, coordinadora general de PC, enfatizó que el mensaje enviado fortalece la democracia y mejora la percepción internacional del país. “El diálogo es el corazón de toda democracia funcional. Esta reunión trasciende lo partidista; es un mensaje claro de que la República Dominicana está lista para actuar de forma unificada y responsable”, afirmó.

Desde Finjus, su vicepresidente ejecutivo, Servio Tulio Castaños, también celebró el encuentro. “El mensaje es contundente: este no es un problema individual ni de corto plazo. Es un desafío nacional que requiere el concurso de todos los sectores. Felicitamos a la clase política por colocar los intereses del país por encima de las diferencias”, sostuvo.

El Consejo Económico y Social, como instancia constitucional de concertación, ya ha iniciado los trabajos preparatorios para responder a la convocatoria formal del Ejecutivo. El pasado 15 de mayo, su presidente, Rafael Toribio, sostuvo una reunión con representantes de los sectores laboral, empresarial y social que integran la Comisión Ejecutiva, a fin de diseñar el espacio de diálogo que canalice propuestas viables en torno a la crisis haitiana.

Aunque aún no se ha emitido la convocatoria oficial desde el Gobierno, el CES aseguró mediante comunicado que se mantiene operativo y listo para asumir el liderazgo técnico en la formulación de consensos interinstitucionales.

La Mesa Nacional para las Migraciones y los Refugiados (Menamird) también respaldó la iniciativa presidencial. Su coordinador, William Charpentier, consideró que el diálogo nacional representa un avance sustancial. “Se debe garantizar un enfoque basado en derechos humanos, evitando narrativas de confrontación. Es momento de pensar en soluciones humanas, estructuradas y sostenibles”, apuntó.

Charpentier abogó además por discutir en el CES mecanismos de regularización para trabajadores haitianos en sectores como construcción, agricultura y servicios, como parte de una política migratoria más realista y funcional.

La histórica reunión del 14 de mayo, celebrada en la sede del Ministerio de Defensa y con una duración de dos horas, concluyó con la adopción de cuatro acuerdos esenciales:

  1. Creación de un espacio de trabajo conjunto para definir una política nacional sobre Haití.

  2. Convocatoria oficial al CES, incluyendo la participación del presidente Abinader y los expresidentes en la primera sesión de trabajo.

  3. Entrega de informes periódicos a los exmandatarios sobre el estatus de la seguridad nacional frente a la situación haitiana.

  4. Formulación de una política exterior unificada, con miras a consolidar una posición común frente a la comunidad internacional.

Para la comunidad académica y observadores de procesos democráticos, el encuentro ha marcado un punto de inflexión. Balcácer rememoró que una situación similar solo puede rastrearse a 1996, durante el denominado Frente Patriótico, cuando Joaquín Balaguer y Juan Bosch compartieron espacio político en un contexto electoral. No obstante, sostuvo que la dimensión de esta cumbre es aún más trascendente, al tratarse de una situación de emergencia nacional que exige consensos estratégicos.

El gesto de unidad, la voluntad de cooperación interpartidaria y la convocatoria a un diálogo institucional han sido interpretados como señales alentadoras en medio de una coyuntura regional compleja. La República Dominicana, con esta acción, proyecta liderazgo, institucionalidad y madurez democrática ante los desafíos migratorios que trascienden sus fronteras.

Fuente: Diario Libre

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