Eric Leroy Adams, actual alcalde de Nueva York y durante más de dos décadas defensor de las ideas del Partido Demócrata, sorprendió con declaraciones que sugieren un posible retorno a las filas republicanas, partido al que perteneció de 1997 a 2001.
Adams, quien construyó su carrera como oficial de policía antes de entrar en política, se ha distanciado de la postura mayoritaria de los demócratas, especialmente tras la victoria de Donald Trump sobre Kamala Harris en las elecciones presidenciales. Recientemente, el alcalde ha expresado su interés en colaborar con Tom Homan, designado como "zar de la frontera" por la próxima administración federal, para discutir medidas de deportación masiva.
“Quiero dialogar con el zar de la frontera y entender sus ideas para proteger a nuestros ciudadanos. En esta era de la cultura de la cancelación, necesitamos más honestidad y menos miedo a la verdad”, afirmó Adams en una conferencia de prensa esta semana.
El momento más revelador sobre su posible inclinación hacia los republicanos ocurrió durante una entrevista en el canal NY1, cuando Adams declaró: “El partido más importante para mí es el Partido Republicano. Soy parte del Partido Republicano. Amo este país”.
Estas declaraciones, sumadas a su tono favorable hacia las políticas de Trump, han llevado a analistas políticos a especular que el alcalde busca acercarse al expresidente y su base conservadora, en un contexto donde enfrenta serios problemas legales.
Adams, quien se convirtió en el 110º alcalde de Nueva York hace casi tres años, deberá responder a cargos de corrupción el próximo año. Las acusaciones incluyen conspiración para defraudar, fraude electrónico, soborno y recepción de contribuciones ilegales de donantes extranjeros, específicamente vinculados al gobierno de Turquía.
Los cargos, que datan de hace más de una década, señalan un patrón de posibles favores personales y financieros que podrían poner en riesgo su carrera política y consolidar su necesidad de buscar aliados fuera del ámbito demócrata.
Mientras Adams enfrenta estas dificultades, el panorama político en Nueva York sigue marcado por incertidumbres, alimentadas por el debate en torno a sus declaraciones y el futuro de su afiliación partidista.
Fuente: La Opínión