Rebelión militar en Madagascar: una unidad del Ejército toma el poder y disuelve la Constitución

 Rebelión militar en Madagascar: una unidad del Ejército toma el poder y disuelve la Constitución

Antananarivo

Una facción del Ejército de Madagascar anunció este martes la disolución de la Constitución y la toma del poder, consumando un nuevo golpe de Estado en el país africano. La sublevación fue encabezada por el Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército de Tierra (Capsat), una unidad con fuerte influencia en la estructura militar malgache.

“Vamos a asumir nuestras responsabilidades, vamos a tomar el poder”, declaró un oficial del Capsat desde el Palacio de Iavoloha, sede de la Presidencia en la capital, horas después de que el presidente Andry Rajoelina abandonara el país.

El mandatario, que huyó el domingo ante el avance de la insurrección, había ordenado la disolución del Parlamento desde un lugar no revelado. Sin embargo, los legisladores ignoraron la disposición y aprobaron su destitución con 130 votos a favor de un total de 163, alegando abandono del cargo.

Desde el exilio, Rajoelina denunció “un intento de golpe de Estado” y afirmó que sigue siendo el presidente legítimo. “La República de Madagascar no puede ser secuestrada por la fuerza”, escribió en un comunicado difundido en la página oficial de la Presidencia.

Fuentes diplomáticas confirmaron que el mandatario fue trasladado en un avión militar francés a la isla de Reunión, territorio francés en el océano Índico, después de que una parte del Ejército se uniera a las masivas protestas iniciadas hace tres semanas por jóvenes malgaches.

Crisis institucional y vacío de poder

El país atraviesa una de las mayores crisis políticas desde 2009, año en que la misma unidad militar, el Capsat, lideró el levantamiento que derrocó al entonces presidente Marc Ravalomanana y catapultó al poder a un joven Rajoelina. Hoy, la historia parece repetirse.

La unidad rebelde controla el Ejército, la Gendarmería y las principales instalaciones estratégicas del país. Miles de manifestantes continúan en las calles de Antananarivo, exigiendo la salida definitiva del presidente y elecciones anticipadas.

En su último discurso, transmitido por Facebook antes de abandonar Madagascar, Rajoelina aseguró que dejó el país “por razones de seguridad” tras recibir informes sobre un intento de asesinato. Llamó a la calma, al diálogo y al “respeto a la Constitución”, advirtiendo que más de 50 proyectos de desarrollo financiados por bancos internacionales podrían verse suspendidos por la crisis.

Protestas sociales y origen del conflicto

El levantamiento militar es consecuencia directa de las protestas sociales que comenzaron el 25 de septiembre, impulsadas por jóvenes de la denominada Generación Z. Las movilizaciones, motivadas por los constantes cortes de luz y agua, rápidamente se extendieron a sindicatos y sectores estudiantiles. La represión dejó al menos 22 muertos y decenas de heridos.

Para intentar contener la crisis, Rajoelina destituyó a todo su gabinete y nombró a un general como primer ministro, una decisión que exacerbó el descontento. La unidad Capsat, encargada de la seguridad interna, se negó a continuar con la represión y se alineó con los manifestantes, precipitando el colapso del gobierno.

Reacciones internacionales

Desde Egipto, el presidente francés Emmanuel Macron pidió “respeto al orden constitucional y retorno a la legalidad”. En tanto, la Unión Africana expresó “profunda preocupación” por la situación y exhortó a los actores civiles y militares a buscar “una solución consensuada dentro del marco legal”.

Madagascar, con más de 28 millones de habitantes, vuelve a sumirse en una crisis institucional marcada por la inestabilidad, la pobreza y la recurrente intervención de los militares en la vida política del país.

Fuente: El País

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