El poder de la grieta: autoritarismo y comunicación en la era de la polarización
Cómo los liderazgos contemporáneos transforman el conflicto político en estrategia de poder. El caso argentino de Javier Milei como ejemplo de una comunicación basada en la confrontación.
Por Mariano Ferreira
La
era del antagonismo
En la política contemporánea, el
antagonismo ya no es una consecuencia indeseada del conflicto democrático: es
su materia prima. Desde Estados Unidos hasta la India, pasando por Brasil,
Hungría o Argentina, los líderes que mejor comprenden las lógicas emocionales
de la comunicación digital han convertido la polarización en su
principal herramienta de poder.
El estratega estadounidense Karl Rove, cerebro de la maquinaria republicana durante el gobierno de George W. Bush, supo interpretar con precisión una idea heredada del filósofo Carl Schmitt: la política se organiza en torno a la distinción entre amigo y enemigo. Aquello que décadas atrás parecía una categoría ajena a las democracias liberales, hoy encuentra nuevas formas en los liderazgos autoritarios del siglo XXI.
El
antagonismo como estrategia de comunicación
Federico Finchelstein (2020),
en Aspirantes a fascistas, advierte que los populismos actuales
reproducen ciertas lógicas de los fascismos históricos: la apelación emocional,
la manipulación de la verdad y la consolidación de un liderazgo carismático que
se presenta como encarnación exclusiva del pueblo. El adversario político deja
de ser un competidor legítimo y se convierte en un enemigo moral, lo que
elimina toda posibilidad de diálogo democrático.
En este contexto,
los discursos de odio ocupan un papel central. Según Finchelstein,
estas narrativas no solo dividen, sino que habilitan prácticas
autoritarias bajo el ropaje democrático. Coincide Anne Applebaum (2024), quien
señala que la desinformación y las campañas de desprestigio deslegitiman a la
oposición y generan un clima de miedo que profundiza la polarización. Estas
tácticas —que incluyen la difamación sistemática y la construcción de enemigos
internos— han sido históricamente empleadas en regímenes como el estalinismo o
en gobiernos contemporáneos como Irán y Venezuela.
Cass Sunstein (2001) aporta una mirada complementaria al sostener que la fragmentación de la esfera pública en “cámaras de eco” debilita la deliberación democrática. Las redes sociales, lejos de ampliar la conversación, tienden a conformar comunidades cerradas donde los usuarios solo se exponen a contenidos que refuerzan sus propias creencias. La comunicación política, entonces, se convierte en una competencia de fidelidades afectivas más que en un espacio de debate racional.
Argentina
y la política de la confrontación permanente
El gobierno de Javier
Milei constituye un caso paradigmático de cómo la polarización puede
convertirse en una estrategia estructural de comunicación política. Desde su
campaña electoral, Milei construyó un relato basado en la confrontación: la existencia
de una “casta” corrupta y parasitaria —el enemigo interno— frente a un “pueblo”
productivo y honesto que él dice representar.
Su discurso
combina insulto, ironía y moralización, transformando a los adversarios en
símbolos del mal y de la decadencia nacional. En ese sentido, su retórica no
busca convencer sino movilizar emocionalmente a una base que se
siente agraviada por la política tradicional. Las redes sociales se han
convertido en el principal canal de esta narrativa, permitiéndole comunicarse
sin mediación periodística y reforzar el vínculo identitario con su electorado.
El antagonismo se vuelve así una forma de legitimación: cuanto más reacciona el sistema político y mediático frente a sus provocaciones, más crece su autoridad entre los seguidores. La polarización se convierte en un activo político, un instrumento para consolidar poder en un escenario de crisis económica y desconfianza institucional.
La
erosión de la democracia deliberativa
Como advierte Mario Riorda
(2021), los gobiernos actuales construyen legitimidad mediante estrategias
comunicacionales que pueden oscilar entre la deliberación democrática y la
manipulación discursiva. En los contextos autoritarios o de populismo extremo,
la comunicación deja de ser un espacio de diálogo para transformarse en
una herramienta de control simbólico.
Hannah Arendt (1951) ya había
anticipado que los regímenes totalitarios sostienen su poder sobre narrativas
que presentan al gobierno como garante exclusivo del orden, deslegitimando toda
disidencia y minando la capacidad crítica de la ciudadanía.
Gideon Rachman (2022), en La era de los líderes autoritarios, identifica un patrón común entre los líderes contemporáneos: el culto a la personalidad, el desprecio por el Estado de derecho, la afirmación de representar al “pueblo real” frente a las élites, y una política basada en el miedo y el nacionalismo. Freedom House documenta que 2020 fue el decimoquinto año consecutivo de retroceso en las libertades políticas globales, evidencia de que las democracias enfrentan una erosión silenciosa pero sostenida.
La
grieta como modelo de gobierno
La articulación de estos
planteos permite comprender que la polarización ya no es un fenómeno
coyuntural, sino un dispositivo político estructural. Los discursos de
odio y las estrategias de antagonismo permanente funcionan como motores de
cohesión interna, aunque al costo de debilitar las instituciones, erosionar la
confianza ciudadana y limitar el pluralismo.
El caso argentino demuestra que
incluso en democracias consolidadas (hoy más cercanas a una autocracia),
la grieta puede transformarse en un proyecto de gobierno. La pregunta que
queda abierta es si la ciudadanía, los medios y las instituciones democráticas
serán capaces de reconstruir los vínculos deliberativos que permitan recuperar
la conversación democrática frente al ruido ensordecedor del odio.
Applebaum,
A. (2024). Autocracy, Inc.: The Dictators Who Want to Run the World. Doubleday.
Arendt, H.
(1951). The Origins of Totalitarianism.
Harcourt Brace.
Finchelstein,
F. (2020). Aspirantes a fascistas: Democracia y extremismo en tiempos de
crisis. Fondo de Cultura Económica.
Freedom
House. (2020). Freedom in the World 2020: A Leaderless Struggle for Democracy. Freedom House.
Rachman, G.
(2022). La era de los líderes autoritarios.
Debate.
Riorda, M.
(2021). Comunicación gubernamental 360°. Estrategias integradas para
gobiernos y líderes. La Crujía.
Sunstein, C.
(2001). Republic.com. Princeton University
Press.