Alcaldes de Lima proponen un toque de queda selectivo mientras el Ejecutivo define su estrategia
El incremento sostenido de la inseguridad en Lima y Callao ha reactivado el debate sobre la posibilidad de imponer un toque de queda focalizado, una medida que restringiría el tránsito únicamente en las zonas con mayor incidencia delictiva. La propuesta, que gana terreno entre algunos alcaldes, busca equilibrar la necesidad de control territorial con la protección de la actividad económica y la vida cotidiana en distritos de bajo riesgo.
Mientras el Ejecutivo evalúa nuevas estrategias dentro del estado de emergencia decretado el 22 de octubre, diversas autoridades locales promueven un enfoque diferenciado que concentre los operativos y limitaciones en puntos críticos, en lugar de extenderlos a toda la capital.
Una medida selectiva para un problema desigual
El toque de queda focalizado consiste en limitar la circulación nocturna exclusivamente en barrios o sectores con altos índices de criminalidad. Según sus impulsores, esta medida permitiría concentrar los recursos policiales y militares en zonas específicas sin interrumpir la dinámica comercial y laboral del resto de la ciudad.
El alcalde de Surco, Carlos Bruce, rechazó la posibilidad de aplicar una restricción general. “No estoy de acuerdo con un toque de queda en toda Lima. Hay distritos donde quizá sea necesario, pero en otros no tendría sentido. En Surco no ganamos nada con eso”, afirmó.
En la misma línea, el alcalde de Los Olivos, Felipe Castillo, planteó al Gobierno implementar una restricción focalizada a partir de la medianoche en sectores de su distrito con altos niveles de extorsión, robo y secuestro, principalmente cometidos por bandas que operan en motocicletas. “El 50 % de los delitos se comete con este tipo de vehículos. La medida debe ir acompañada de inteligencia policial y vigilancia focalizada”, subrayó.
Antecedentes y resultados mixtos
Experiencias previas de toques de queda parciales en distritos como San Juan de Lurigancho mostraron una reducción temporal de ciertos delitos violentos. No obstante, analistas en seguridad advierten que en muchos casos las bandas simplemente trasladaron sus operaciones a zonas vecinas donde no regía la restricción.
Pese a ello, los defensores del modelo destacan su efectividad para recuperar temporalmente el control territorial y mejorar la coordinación entre la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas en los sectores más conflictivos.
Preocupación empresarial y llamados a coordinación
El sector empresarial y los gremios de comercio han expresado preocupación por el impacto que un toque de queda podría tener en las actividades productivas nocturnas, especialmente en el transporte y la distribución. Argumentan que las restricciones indiscriminadas podrían agravar la desaceleración económica que ya enfrenta la capital.
En contraste, alcaldes como Néstor de la Rosa (Rímac) y el congresista Alfredo Azurín sostienen que el camino más sostenible pasa por reforzar la vigilancia preventiva, fortalecer la articulación interinstitucional y promover la participación ciudadana. “Sin inteligencia y coordinación, cualquier medida coercitiva se vuelve inútil”, advirtió Azurín.
En busca de un equilibrio entre seguridad y normalidad
El Gobierno de José Jerí mantiene en evaluación la aplicación de restricciones focalizadas o generales, mientras crece la presión de los municipios y sectores empresariales por adoptar soluciones que reduzcan la criminalidad sin paralizar la economía.
Expertos en seguridad señalan que, de concretarse, el toque de queda focalizado deberá complementarse con tecnología de seguimiento criminal, reformas penitenciarias y acciones integrales para evitar el desplazamiento del delito hacia distritos menos vigilados.
Fuente: Infobae


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