Colombia convoca reunión de la Celac por despliegue militar de EE.UU. en el Caribe


 Colombia

La Presidencia Pro Témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), ejercida actualmente por Colombia, convocó de manera urgente a una reunión virtual de cancilleres este lunes 1 de septiembre, con el objetivo de analizar la reciente presencia de buques de guerra estadounidenses en el Caribe, frente a las costas de Venezuela.

Según un comunicado de la Cancillería colombiana, el encuentro busca “intercambiar puntos de vista y reflexiones sobre la coyuntura regional, así como abordar de manera abierta y constructiva las preocupaciones existentes en torno a los recientes movimientos militares en el Caribe y sus posibles implicaciones para la paz, la seguridad y la estabilidad regional”.

La operación estadounidense incluye destructores, un crucero lanzamisiles y un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear. La Casa Blanca la ha defendido como parte de su estrategia antidrogas, asegurando contar con el respaldo de varios países latinoamericanos.

La canciller colombiana, Rosa Villavicencio, subrayó que la convocatoria tiene la intención de reforzar los canales de diálogo y cooperación entre los países de la región, dado que “los desafíos transnacionales requieren respuestas conjuntas y coordinadas”.

La Celac, creada en 2010, agrupa a 33 países de América Latina y el Caribe y opera como un mecanismo de concertación política sin la participación de Estados Unidos ni Canadá. Su objetivo es promover la integración regional y buscar consensos comunes. Hasta ahora, la organización no había emitido pronunciamiento alguno sobre el despliegue naval estadounidense, que Washington justifica como un esfuerzo para “frenar el flujo de drogas”.

“La presidencia pro tempore recuerda que América Latina y el Caribe han sido proclamadas como zona de paz, y en ese espíritu se convoca a este diálogo ministerial, con la expectativa de contribuir a un mayor entendimiento y a la búsqueda de soluciones concertadas en beneficio de toda la región”, añade el comunicado oficial.

El Gobierno de Nicolás Maduro calificó la operación estadounidense como “acciones hostiles” y la vinculó a un supuesto intento de “cambio de régimen”. Washington, por su parte, recientemente duplicó a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura del mandatario venezolano, acusándolo de violaciones a las leyes antidrogas estadounidenses.

Caracas señaló ante la ONU que la presencia de un crucero lanzamisiles y un submarino nuclear de ataque rápido cerca de su territorio representa “una grave amenaza a la paz y la seguridad regionales”, en aparente violación del Tratado de Tlatelolco de 1967, que declaró a la región como zona libre de armas nucleares.

El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, y la vicepresidenta Delcy Rodríguez han denunciado que la operación busca “controlar el mar Caribe” bajo el argumento del combate al narcotráfico. En respuesta, Venezuela ha reforzado su presencia militar en zonas fronterizas con Colombia y ha activado jornadas de alistamiento de milicianos dentro del denominado ‘Plan Nacional de Soberanía y Paz’.

Fuente: DW

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