Carlos Sánchez, pensamiento estratégico para ganar elecciones y consolidar gobiernos
Eje temático 1. Enfoque analítico y metodología de intervención
Pregunta 1: Carlos, usted ha apostado por una consultoría que combina teoría, datos y lectura del contexto. ¿Cómo se construye esa metodología?
Nuestra metodología nace del campo, en estar en campañas y gobiernos todos los años. Es el resultado de veinte años conjugando tres cosas: teoría que da norte, datos que dan piso, y contexto que da sentido. No creo en las fórmulas mágicas ni en los consultores que no entienden realidades, pues su vida es una oficina. Creo en la escucha real, en el diseño a medida, en la lectura quirúrgica del momento político. Para mí, hacer estrategia es como intervenir a corazón abierto: necesitas conocimiento, precisión y sangre fría para definir un el camino correcto.
Pregunta 2: ¿Qué importancia tiene hoy la investigación cualitativa y la escucha activa en el éxito de una estrategia?
Hoy, más que nunca, la estrategia nace del oído. Escuchar no es oír respuestas, es leer silencios, emociones, patrones que dan sentido a lo que sucede en una sociedad. La cualitativa bien hecha te revela lo que la encuesta no te dice: los miedos, las creencias, los relatos de fondo. Escuchar es resistir la tentación de hablar primero. Entender que la verdad está en la gente, no en el Excel.
Pregunta 3: Desde su experiencia académica, ¿cuáles son los enfoques que más enriquecen hoy la comunicación política?
Tres enfoques me han marcado:
- Los imaginarios sociales, porque el voto no es racional, es simbólico.
- El framing, porque la manera en que enmarcas un tema define el resultado.
- Y la semiótica política, porque todo comunica, incluso el silencio.
A eso le sumo una obsesión: entender cómo piensan las audiencias desde la emoción, no desde la ideología. Hoy no se trata de convencer desde la razón, sino de conectar desde el sentido.
Eje 2. Escenarios políticos y comunicacionales 2025-2026
Pregunta 4: ¿Qué tendencias marcarán el panorama político latinoamericano en 2026?
Una ciudadanía más impaciente, más escéptica y menos fiel.
Vienen liderazgos disruptivos, no necesariamente radicales, pero sí insumisos frente al statu quo. Vamos hacia una política donde lo que importa no es la historia del político, sino su capacidad de ofrecer certezas en medio de la incertidumbre. Y eso exige campañas mucho más centradas en propósito y ejecución, no solo en biografía y carisma.
Pregunta 5: ¿Cómo deben prepararse los gobiernos y partidos frente a la desafección ciudadana?
Entendiendo que la gente no está apática: está decepcionada. Y con razón. El reto no es reconectar desde el discurso, sino desde la coherencia. Gobernar bien hoy implica comunicar sin cinismo, sin mentiras, sin engaños, y asumir errores cundo toca. Los partidos deben dejar de ser estructuras electorales y volver a ser espacios de conversación y propuesta. Si no lo hacen, los va a reemplazar una app.
Pregunta 6: ¿Cree que la polarización ha llegado para quedarse o es posible reconstruir una narrativa más empática y deliberativa?
La polarización es rentable, pero agotadora. Sirve para llegar, pero muchas veces causa estragos en el gobernar. Yo sí creo que es posible una narrativa empática, pero no ingenua. No se trata de abrazar enemigos, sino de construir un “nosotros”. Eso solo se logra cuando la comunicación deja de ser confrontación y se convierte en mediación. Y eso es mucho más difícil, pero también más poderoso.
Eje 3. Los nuevos consultores
Pregunta 7: Usted ha sido una persona que ha servido de referente en la consultoría política a nivel latinoamericano en su opinión. ¿Cuáles son las tres habilidades indispensables para los futuros consultores?
Primero: saber leer. Leer contexto, leer calle, leer emociones.
Segundo: saber simplificar. Si no puedes explicarlo en una frase, no lo entendiste.
Tercero: tener carácter. Porque decirle a un candidato que está equivocado exige coraje.
A eso le sumaría una: tener ética. Porque no todo vale en la política.
Pregunta 8: ¿Qué tipo de pensamiento crítico debe tener quien quiera dedicarse a la consultoría?
Uno incómodo. Que se atreva a cuestionar al cliente, al equipo, a sí mismo. Un pensamiento crítico que no se conforme con tener razón, sino que busque hacer lo correcto. Y que entienda que cada decisión estratégica impacta vidas reales. Esto no es un juego de ajedrez, es la vida pública.
Pregunta 9: ¿Cómo se combina el rigor académico con la velocidad del mundo real de las campañas?
Con criterio y experiencia. El rigor académico te da profundidad, pero la campaña te exige inmediatez. Cuando uno tiene método, puede tomar decisiones rápidas sin perder el norte. Y eso solo lo logras si has leído mucho, has vivido más, y sabes cuándo aplicar cada cosa.
Eje 4. Aportes a la Cumbre y proyección futura
Pregunta 10: ¿Cuál será su participación en la Cumbre Mundial de Comunicación Política y cuáles expectativas tiene?
Voy a la Cumbre a provocar. A cuestionar, a desafiar los lugares comunes. A demostrar lo que funciona y lo que no funciona en política, pero también a plantear preguntas incomodas sobre lo que se vive en la política colombiana y Latinoamericana. Porque la consultoría política necesita menos ego y más propósito. Y esa conversación solo es posible en espacios como este.
Pregunta 11: ¿Qué representa Cartagena como sede para el pensamiento comunicacional latinoamericano?
Cartagena no es solo una ciudad: es una narrativa viva. Una ciudad que grita historia, belleza y contradicción desde cada esquina. Por eso es el lugar perfecto para hablar de comunicación: porque te obliga a salir de la burbuja, a mirar de frente las realidades, y a entender que la palabra, cuando se dice bien, transforma. Y hoy, Cartagena tienen un gobierno que honra ese espíritu. El de Dumek Turbay. Un gobierno que ha logrado lo que durante años fue un anhelo colectivo: resolver lo urgente sin olvidar lo estructural, acercarse a la gente sin populismo y comunicar desde los hechos, no desde el show. Dumek ha demostrado que se puede gobernar con solvencia, con empatía y con una narrativa que conecta porque hace, no porque promete.
En ese contexto, Cartagena se convierte no solo en sede, sino en símbolo. Un espacio para debatir con altura sobre la comunicación y su impacto real en la vida de los ciudadanos. Porque aquí la comunicación no es teoría: es calle, es gestión, es esperanza convertida en política pública.
Pregunta 12: ¿Qué mensaje final dejaría a quienes están repensando la comunicación como herramienta de transformación social y política?
Que no le tengan miedo a la profundidad. Que comuniquen con propósito, no con pose. Que entiendan que la comunicación política no es solo ganar elecciones, es dignificar el poder. Y que, si van a dedicarse a esto, lo hagan con respeto por la gente, con rigor metodológico, y con una convicción innegociable: esto no es marketing, es coherencia.