Cali: entre la recuperación y la proyección internacional

Cali: entre la recuperación y la proyección internacional

Han pasado veinte meses desde que Alejandro Eder asumió la Alcaldía de Cali. En este tiempo, el mandatario ha querido demostrar que la capital del Valle no está condenada a la violencia ni al estancamiento económico. Sus respuestas a Sufragio reflejan un liderazgo que combina gestión internacional, seguridad, infraestructura y programas sociales, en medio de un contexto nacional complejo.

Uno de los mayores orgullos de su administración ha sido lograr que Cali fuera sede de la COP16, el evento mundial de biodiversidad más importante. Eder relata que la gestión comenzó el mismo día de su elección y culminó con un hito histórico: más de 66 millones de dólares inyectados a la economía local, 21.000 turistas, ocupación hotelera del 100% y un millón de visitantes en la zona verde central. Este logro reposicionó a Cali en el escenario internacional y reactivó la economía con efectos directos en emprendedores y comerciantes.

Pero el alcalde es consciente de que el gran reto de la ciudad ha sido siempre la seguridad. Bajo su mandato, los homicidios han caído entre 16% y 17% en meses recientes, alcanzando los niveles más bajos en 33 años. Además, se han reducido en 55% los robos en el sistema MÍO, 23% a personas y 15% a vehículos. Estos avances se explican por una estrategia integral de seguridad, con más policías en las calles, mayor presupuesto, modernización de estaciones y la creación del Bloque de Búsqueda de Cali, que permitió capturas de responsables de atentados terroristas y de miembros de redes criminales internacionales.

En materia económica, la apuesta ha sido clara: convertir a Cali en la ciudad de los grandes eventos. Desde la Feria de Cali hasta el Petronio Álvarez, pasando por encuentros internacionales de turismo y negocios, la administración ha buscado dinamizar sectores clave. Los resultados respaldan la estrategia: entre abril y junio de 2025, la ciudad alcanzó una tasa de desempleo del 9,0%, la más baja en 19 años, con reducción de la informalidad y del desempleo juvenil.

La infraestructura es otro frente central. El gobierno local ha intervenido 160 kilómetros de vías en 157 barrios, y proyecta recuperar más de 800 en el cuatrienio. El ambicioso programa Invertir Para Crecer busca movilizar 3,5 billones de pesos en crédito público para obras viales y proyectos estratégicos como la recuperación de la Avenida Ciudad de Cali, el intercambiador de Chipichape y el Parque Central Cañaveralejo. El mensaje es claro: no repetir la historia de obras inconclusas, sino dejar un legado tangible.

El componente social ha tenido un lugar prioritario. El programa En La Buena busca prevenir la violencia juvenil a través de acompañamiento y formación, con la meta de beneficiar a 10.000 jóvenes. La administración también ha entregado 7 millones de raciones de comida en comedores comunitarios, garantizado la alimentación de 150.000 estudiantes y puesto en marcha el Sistema Distrital de Cuidado “Cuidarte”, que reconoce el trabajo no remunerado de miles de mujeres. Estas políticas, según Eder, son parte de una estrategia para reconciliar a la ciudad con sus sectores más vulnerables.

En materia ambiental, el legado de la COP16 se traduce en acciones concretas: desde el uso de materiales reciclados en obras hasta la lucha contra la minería ilegal en el Parque Nacional Farallones, donde se cerraron 33 bocaminas que movían 159 mil millones de pesos al año. Además, Cali fortalece su modelo de negocios verdes y se compromete con el Plan Maestro Sostenible 2030, con la meta de reducir un 67% de emisiones antes de 2050.

La relación con el Gobierno Nacional y la Gobernación del Valle es, en palabras del alcalde, de cooperación institucional. Reconoce que se requiere mayor apoyo en seguridad, pero insiste en mantener un diálogo constructivo para proyectos clave como el Tren de Cercanías.

Sobre el futuro político, Eder evita especulaciones. Su prioridad, asegura, es cumplir el mandato que recibió en 2023 y enfocarse en “recuperar y reconciliar” a Cali. Sin embargo, sus gestiones en seguridad, economía y proyección internacional lo posicionan como un actor a seguir en la política regional y nacional.

La Cali de hoy avanza entre contrastes: los ecos de la violencia persisten, pero también se evidencian resultados tangibles en empleo, infraestructura y confianza ciudadana. El desafío será sostener ese equilibrio en los meses restantes de gobierno, en un país donde las tensiones nacionales inevitablemente impactan lo local.




 

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Sufragio El Podcast