La imagen de Donald Trump caracterizado como Superman, recientemente difundida por canales oficiales de la Casa Blanca, ha desatado un intenso debate público y mediático. Más allá del impacto visual, esta acción revela una sofisticada estrategia de marketing político, en la que el uso del simbolismo heroico busca proyectar al exmandatario como una figura de fuerza, salvación y liderazgo. En un escenario electoral polarizado, esta narrativa visual se convierte en un recurso clave para movilizar emociones, reforzar identidades políticas y disputar la hegemonía simbólica en el espacio digital.
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