Estados Unidos
La alianza entre Donald Trump y Elon Musk llegó a su punto final este jueves, marcando una ruptura pública entre el expresidente de Estados Unidos y el empresario más rico del mundo. La tensión, que venía escalando tras las críticas de Musk a la ambiciosa ley presupuestaria impulsada por Trump, culminó con un intercambio directo y hostil en redes sociales.
Desde su plataforma Truth Social, Trump acusó a Musk de haberse “vuelto loco” tras una decisión que afecta a los vehículos eléctricos. El exmandatario amenazó con eliminar subsidios y contratos gubernamentales asociados a Tesla y SpaceX como medida de recorte presupuestario: “La forma más fácil de ahorrar miles de millones de dólares es cancelar los beneficios de Elon”, publicó Trump. Musk replicó escuetamente: “Cualquier cosa”.
En un giro más agresivo, Musk contraatacó desde su red X asegurando que sin su respaldo financiero —estimado en casi 300 millones de dólares— Trump no habría ganado las elecciones de noviembre. Además, lanzó una acusación de alto voltaje al afirmar que el nombre del expresidente aparece en el expediente de Jeffrey Epstein, el financista involucrado en una red de tráfico sexual. Desde la Casa Blanca calificaron estos señalamientos como “lamentables”.
Como medida adicional de presión, Musk informó que SpaceX comenzará de inmediato el desmantelamiento de su nave Dragon, utilizada por la NASA para misiones a la Estación Espacial Internacional (EEI), lo que genera incertidumbre en el ámbito aeroespacial.
El conflicto impactó de forma directa en los mercados: Tesla sufrió un desplome del 14,26 % en Wall Street, lo que representó la pérdida de decenas de miles de millones de dólares en capitalización bursátil.
La confrontación entre dos de las figuras más influyentes del panorama político y empresarial estadounidense marca un quiebre con efectos inmediatos tanto en la economía como en la agenda política del país.
Fuente: DW