El peronismo afirma que el pacto Macri-Milei llegó para debilitar al libertario



Argentina 

En el peronismo hay estabilidad emocional. Es una diferencia sustancial en este momento de la campaña electoral. La situación es diferente en Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, donde todavía resuenan los reproches por el pacto entre Mauricio Macri y Javier Milei. Resquemores que en el ala libertaria deben curarse rápido si quieren ser competitivos hasta el final, y que en la coalición opositora solo sirven para dibujar una nueva dirección política después de la ruptura.

En el equipo de campaña oficialista todavía no logran tener demasiada claridad sobre cómo impactará ese acuerdo en el momento de la elección. ¿Macri le suma votos a Milei? ¿Cuántos por encima de los que el propio libertario ya obtuvo? ¿En qué lugar del país? Algunos primeros datos que manejan en el massismo advierten que el líder libertario empezó a perder votos fieles. Y que el votante moderado de Juntos por el Cambio tiene como preferencia la neutralidad, aunque reconocen que existe una migración hacia Massa.

La fortaleza del ex presidente está en algunas provincias del centro del país. Sobre todo en Córdoba y Mendoza, donde podría aportar votos que amplíen la diferencia a favor de Milei. En esas provincias, el triunfo del libertario está asegurado, lo que queda por saber es por cuánto. Al peronismo, claro está, le conviene que haya una menor movilización de votantes opositores que vean en el líder de La Libertad Avanza un límite que no están dispuestos a cruzar. En ese escenario se juega una parte de la elección.

“En la capital nacional del antikirchnerismo, como es Córdoba, Milei va a ganar 70 a 30. Macri puede ayudar, pero no hace falta que empuje demasiada gente para que gane Milei”, sostuvo un histórico dirigente del peronismo cordobés. El perfil anti K del electorado cordobés tendrá una gran influencia en el balotaje. Aún así, en el entorno de Massa creen que puede mejorar su performance de las elecciones generales y aseguran que ya hay varios intendentes trabajando para que eso suceda.

En el massismo tienen en claro que la discusión política y electoral es con el libertario y no con el ex jefe de Estado o la presidenta del PRO. “No hay que subir al ring a Macri. El candidato es Milei, no Macri”, sostuvo un dirigente de peso de estrecha relación con el ministro de Economía. Hay coincidencia entre varios integrantes del oficialismo de que Macri y Bullrich buscan moderar las propuestas de Milei, pero que ese ejercicio no está surtiendo efecto.

Cerca de Massa admiten que la decisión de responderle a Bullrich, que el lunes dijo que “ojala que la economía explote antes del 19″, fue puntual, pero que no será en forma permanente. “Si explota la economía la pobreza va a escalar a niveles desastrosos”, le respondió Darío Epstein, uno de los economistas que asesora a Milei. Contradicciones. La ex candidata presidencial le regaló a Massa un tema para que la critique.

“La gente odia la idea de que explote todo. No va más esa idea de ‘mientras peor, mejor’. Eso la gente no se lo banca”, aseguraron en el massismo, que leen con atención las encuestas y los focus group para percibir el humor social y pulir el mensaje de campaña en base a ese contenido. “La gente le tiene miedo a Milei y a que pueda romper todo el tejido social”, fue la sentencia de un importante funcionario nacional. En esos carriles está estructurada la línea discursiva de la campaña peronista.

Lo cierto es que una parte importante del electorado compró antes de las PASO la candidatura de Milei como un conducto para romper el sistema político y económico actual. Esa misma idea no ganó adeptos en las elecciones generales, donde el líder de LLA sacó exactamente el mismo caudal de votos. En el oficialismo entienden que en el segundo tramo de la campaña la sociedad empezó a mirar con más atención las ideas de Milei y dejó atrás la atracción por votar algo nuevo. Surtió efecto la campaña del miedo, esa es otra realidad.

Massa, en un movimiento estratégico determinante en su campaña, se mantiene lejos de ese tipo de expresiones grandilocuentes. Casi todo lo que dice es propositivo y moderado. Con un tono que marque el equilibrio. Incluso, evitó confrontar con Macri, que le apuntó con dureza durante dos entrevistas que dio el fin de semana. “A los ex presidentes hay que respetarlos”, sentenció. Juega su juego con astucia.

Fuente: Infobae


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