Diputados hacen reforma constitucional para incluir el concepto de Seguridad Privada

 


México

Orly Mazabel Frid


La industria de la Seguridad Privada en México se enfrenta a desafíos complejos y variados que exigen una respuesta rápida y profesionalizada tanto del sector privado como del gobierno. En un escenario marcado por la inseguridad en las ciudades y carreteras, la violencia diaria, la polarización social y la ciberdelincuencia, es imperativo abordar estos problemas con herramientas tecnológicas innovadoras y una capacitación integral en todas las áreas.

El presidente de las Agrupaciones de Seguridad Privada Unidas por México (ASUME), Armando Zúñiga Salinas, se unió a voces como la diputada Juanita Guerra Mena y Jorge Peñúñuri, presidente de la Comisión de Seguridad y Justicia de la COPARMEX Nacional, para enfatizar la necesidad de una colaboración efectiva entre la industria privada y los órganos de seguridad gubernamentales a nivel local, estatal y federal.

Uno de los primeros pasos significativos fue la Reforma Constitucional, que incorporó por primera vez el concepto de Seguridad Privada en la Carta Magna. La diputada Mena Guerra subrayó la importancia de la coordinación de los servicios de seguridad privada con los tres niveles de gobierno para garantizar una organización eficiente y una respuesta adecuada en situaciones de emergencia.

La profesionalización de la industria es fundamental para contribuir de manera efectiva a la función de seguridad pública del Estado Mexicano. La legisladora mencionó que esta responsabilidad implica una preparación excepcional por parte de los actores involucrados en la Seguridad Privada.

Armando Zúñiga Salinas expresó su agradecimiento a los líderes gubernamentales por su compromiso y apoyo en la reforma constitucional que llevó a la Ley General de Seguridad Privada. También enfatizó la necesidad de que las empresas se profesionalicen desde las universidades en áreas de gestión y management, y resaltó la importancia de certificaciones y capacitaciones como herramientas cruciales para elevar los estándares del sector.

La Seguridad Privada en México es un sector que desempeña un papel clave en la economía, representando el 1.8% del PIB y generando más de 900,000 empleos directos. La industria, a través de ASUME, reúne a 32 asociaciones en todo el país, abarcando diversas modalidades de seguridad.

Jorge Peñúñuri Pantoja, presidente de la Comisión de Seguridad y Justicia de la COPARMEX Nacional, resaltó la percepción de inseguridad entre la población, subrayando los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana realizada por el INEGI. La necesidad de abordar estos retos se vuelve aún más urgente en un contexto donde la llegada de inversiones extranjeras y el proceso de nearshoring exigen un ambiente seguro y propicio para el desarrollo económico.

En este sentido, la formación profesional y la capacitación son esenciales tanto para los trabajadores de seguridad privada como para los líderes empresariales. Daniel Espinosa, representante de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP), destacó la evolución hacia la profesionalización de la industria y celebró los esfuerzos de los empresarios en la consecución de capacitaciones especializadas.

Héctor Coronado Navarro, titular del Grupo de Ejecutivos en Manejo de Riesgos Corporativos (GEMARC), recordó el camino recorrido por la industria, desde su origen hasta la actualidad, y enfatizó la importancia de la formación continua para garantizar un mayor nivel de seguridad y preparación en el país.

En un momento en que la seguridad es fundamental para atraer inversiones y promover el desarrollo económico y social, la Seguridad Privada se alza como una industria estratégica. Los esfuerzos conjuntos de la industria y el gobierno, respaldados por una formación sólida y profesionalización, son esenciales para abordar los desafíos presentes y futuros y garantizar un futuro más seguro y próspero para todos los habitantes de México.

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