Argentina
En un gesto inusual, el presidente de Argentina, Javier Milei, anunció que abandonará los insultos hacia la oposición con el objetivo de propiciar un debate centrado en ideas. La decisión, revelada durante una cena de la Fundación Faro, marca un aparente cambio en la estrategia comunicacional del mandatario a pocos días del inicio de la campaña para las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires.
"Voy a dejar de usar insultos a ver si están en condiciones de poder discutir ideas", expresó Milei, al tiempo que justificó su habitual tono agresivo en la supuesta incapacidad intelectual de sus detractores para confrontar con argumentos. “Discuten las formas porque carecen de nivel intelectual suficiente para discutir las ideas”, agregó ante una audiencia encabezada por el ideólogo ultraconservador Agustín Laje.
Si bien el mensaje se presentó como una provocación hacia la oposición, fuentes cercanas a la campaña señalan que la decisión responde a una recomendación de sus asesores para ampliar su base electoral, especialmente entre votantes moderados y mayores de 60 años, donde su estilo confrontativo genera mayor rechazo.
Pese a la promesa de moderación, el presidente mantuvo el tono combativo durante su intervención, en la que calificó a sus críticos como “parásitos mentales” y los acusó de violar las restricciones presupuestarias impuestas por su gobierno para alcanzar el equilibrio fiscal.
En sus primeros 18 meses de gestión, Milei ha sido protagonista de una comunicación cargada de descalificaciones. Según un informe del medio Chequeado, durante su primer año como jefe de Estado promedió dos insultos diarios, cifra que aumentó en los últimos meses: 611 en cien días, incluyendo 57 alusiones explícitas al sexo anal, según un conteo realizado por el diario La Nación.
Políticos, sindicalistas, periodistas, artistas y líderes sociales han sido blanco habitual de sus ataques, todos ellos agrupados en lo que el mandatario denomina “la casta”, a la que acusa de resistirse al plan de transformación que impulsa su fuerza política, La Libertad Avanza, en alianza con sectores del PRO.
El uso reiterado de un lenguaje ofensivo ha tenido un doble efecto: por un lado, consolidó su imagen de outsider con discurso disruptivo, especialmente durante la campaña presidencial de 2023; por otro, ha generado un alto nivel de rechazo. De acuerdo con la última encuesta de la consultora Analogías, el 66% de los argentinos considera violenta la forma de expresarse del presidente, cifra que asciende al 77% entre los mayores de 60 años.
El escenario político se tensiona de cara a las elecciones legislativas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires y del 26 de octubre a nivel nacional. Milei, que gobierna sin mayoría en el Congreso, apuesta a ampliar su representación parlamentaria para fortalecer su agenda de reformas. La moderación discursiva podría ser clave para seducir a sectores del electorado aún reacios a su estilo, pero decisivos en la contienda que se avecina.
Fuente: El País