Ecuador
Desde hace cinco años, una arquitecta silenciosa del cambio ha estado detrás del ascenso político de Daniel Noboa en Ecuador. Se trata de la consultora venezolana Gabriela Avendaño, especialista en estrategia digital y narrativa para campañas y gobiernos en América Latina. Su incorporación temprana al equipo que acompañó a Noboa desde su génesis como figura política fue clave en la consolidación de un proyecto que hoy lidera el país con una visión definida y metas concretas.
El pasado 24 de mayo, en su discurso de posesión, el presidente Noboa delineó con claridad los pilares de su segundo período. En materia de seguridad, su mensaje fue contundente:
“La reducción progresiva de los homicidios será una meta innegociable.”
La administración ecuatoriana, que ha enfrentado con firmeza el fenómeno del crimen organizado, anunció que se reforzarán los controles en puertos, continuará la incautación de armamento ilegal y se mantendrá una estrategia frontal contra las estructuras delictivas. El enfoque: resultados sostenibles y sin concesiones.
En el ámbito económico, Noboa destacó la firma de un acuerdo por 4 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional, el avance en la reducción del déficit fiscal y una proyección de crecimiento del 4% para el presente año.
“Vamos a crecer en estabilidad, pero también en empleo, inversión y confianza,” afirmó.
En cuanto al plano político, el mandatario envió un mensaje directo a quienes han frenado reformas en el pasado:
“No hay espacio para quienes estancan al país por intereses políticos. Ecuador votó por avanzar.”
Con la reelección asegurada y una Asamblea Nacional alineada con su agenda, el Ejecutivo inicia una etapa caracterizada por una mayor capacidad de maniobra institucional. El desafío es doble: ejecutar cambios estructurales sin dilación y consolidar la gobernabilidad a mediano y largo plazo.
Gabriela Avendaño, desde su rol como asesora estratégica, ha sido parte fundamental de este proceso de construcción política. Su trabajo ha contribuido a articular un relato coherente que conecta con las expectativas ciudadanas y que sustenta el liderazgo de Noboa en uno de los contextos más complejos del país andino.
Este nuevo periodo no representa un punto de partida, sino la profundización de una hoja de ruta que se ha venido trazando con disciplina, visión y estrategia. Ecuador entra así en una fase de consolidación bajo un liderazgo que ya ha demostrado capacidad para resistir y que ahora busca transformar.