El expresidente Evo Morales ha quedado oficialmente excluido de las elecciones generales del próximo 17 de agosto, tras concluir a las 23:59 del lunes el plazo de inscripción de candidaturas ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Así lo confirmó Fernando Arteaga, secretario de Cámara del órgano electoral, quien detalló que diez organizaciones políticas lograron registrar más de 2.500 postulaciones para los distintos cargos en disputa.
La ausencia del exmandatario en la boleta presidencial se debe a múltiples factores legales y partidarios. En primera instancia, los intentos de inscribirlo a través del Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol), carecieron de sustento jurídico, ya que esta organización perdió su personería legal tras no alcanzar el mínimo del 3 % en los comicios de 2020. Morales, quien promovía su regreso bajo el sello "Evo Pueblo", había renunciado en febrero al Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido con el que gobernó Bolivia entre 2006 y 2019.
“El partido Evo Pueblo no posee personalidad jurídica vigente y Pan-Bol fue cancelado, por lo tanto no es posible registrar candidaturas a través de estas siglas”, señaló Arteaga. Además, sobre Morales pesa una inhabilitación por parte del Tribunal Constitucional, que ratificó la imposibilidad de postularse a un nuevo mandato presidencial al haber ejercido el cargo en tres ocasiones.
Desde hace siete meses, Morales permanece en el Chapare, su bastión político y sindical, sin poder abandonar la región debido a una orden de aprehensión relacionada con un caso de trata de menores que él niega. Sus seguidores han anunciado medidas de presión, incluyendo bloqueos de caminos, en protesta por su exclusión.
Con Morales fuera del juego electoral y el presidente Luis Arce retirado de la contienda, el MAS ha designado como su abanderado al exministro de Gobierno, Eduardo del Castillo. No obstante, el oficialismo enfrenta una fuerte fragmentación interna, dividida en tres corrientes: la leal a Arce, la aún alineada con Morales, y una tercera que impulsa la candidatura de Andrónico Rodríguez, actual presidente del Senado.
Rodríguez, quien fue considerado durante años como el heredero político de Morales, postula por el frente Alianza Popular junto a Mariana Prado, exministra de Planificación. Sin embargo, su inscripción también enfrenta obstáculos. El TSE dejó en suspenso su candidatura tras recibir fallos judiciales que cuestionan el cumplimiento de requisitos partidarios por parte de su alianza, basada en la sigla Movimiento Tercer Sistema (MTS).
El próximo miércoles está prevista una audiencia clave en Beni, donde se determinará la validez de su postulación. Mientras tanto, sus simpatizantes también han advertido con movilizaciones si el TSE no oficializa su candidatura.
En el bloque opositor, la alianza Unidad confirmó la fórmula integrada por el empresario socialdemócrata Samuel Doria Medina y el economista José Luis Lupo, exfuncionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Por su parte, el expresidente Jorge "Tuto" Quiroga se postuló por la alianza Libre, acompañado del emprendedor Juan Pablo Velasco, en una apuesta por el voto moderado.
El abanico electoral se completa con candidaturas de menor alcance, como las del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Nueva Generación Patriótica (NGP), APB-Súmate, y las alianzas Libertad y Progreso ADN y Fuerza del Pueblo. En Morena, liderado por la alcaldesa de El Alto, Eva Copa, destaca la sorpresiva nominación de Jorge Richter, exvocero presidencial de Arce, como candidato a la vicepresidencia.
Las listas oficiales de candidatos habilitados e inhabilitados serán publicadas por el TSE el próximo 6 de junio, tras un proceso de verificación documental. Con un panorama electoral convulso y un oficialismo dividido, Bolivia se encamina hacia unos comicios marcados por la polarización y la redefinición del mapa político nacional.
Fuente: DW
.jpg)