Costa Rica: Interino asume alcaldía de Mora con el reto de restaurar la institucionalidad y la transparencia

Costa Rica

El cantón de Mora atraviesa una de las coyunturas más complejas de su historia reciente. Ante un vacío de poder sin precedentes —provocado por la suspensión judicial del alcalde y la vicealcaldesa, así como la renuncia de otras autoridades clave— el regidor Emmanuel Ferrer Venegas asumió como alcalde interino con una misión crítica: reconstruir la institucionalidad de un gobierno local sumido en el descrédito.

Ferrer, politólogo de 31 años y representante del partido Unidos para el Desarrollo (PUEDE), fue designado al frente de la Municipalidad de Mora tras una serie de eventos que desarticularon por completo la línea de sucesión establecida. Su llegada al cargo ocurre mientras el cantón ocupa el último lugar en el Índice de Competitividad Cantonal (ICN) 2024 en materia de transparencia, un indicador que refleja una débil rendición de cuentas ante la ciudadanía.

“Este cantón no puede seguir siendo conocido como el menos transparente del país y, además, como el que tiene a sus máximas autoridades suspendidas por una investigación judicial. La imagen institucional está profundamente deteriorada, y mi responsabilidad es comenzar a revertir esa percepción”, declaró Ferrer en entrevista con La Nación.

La crisis se desató a finales de febrero, cuando el alcalde Alfonso Jiménez Cascante y la vicealcaldesa Ariuna Cabal Lombodorzh —ambos del Partido Liberal Progresista (PLP)— fueron suspendidos de sus cargos por orden judicial, debido a una investigación por presuntas irregularidades en contrataciones de obra pública.

A la medida cautelar se sumaron la renuncia del segundo vicealcalde, Maynor Guevara, por razones de salud, y la dimisión de la regidora María Picado a la presidencia del Concejo Municipal, ante la imposibilidad de asumir simultáneamente funciones ejecutivas y legislativas. Ferrer, quien colabora en una empresa de consultoría política familiar, fue el único con disponibilidad inmediata para asumir el liderazgo del ayuntamiento.

Con apenas días en el cargo, Ferrer afirma haber identificado múltiples cuellos de botella en la gestión administrativa. “He encontrado una administración completamente estancada, con proyectos bloqueados desde hace meses. La prioridad inmediata es desentrabar esos procesos y recuperar la operatividad”, señaló.

Una de las primeras crisis que debió enfrentar fue el cierre del Centro de Cuido y Desarrollo Infantil (CECUDI), que dejó sin atención a 75 familias del cantón. El servicio se vio interrumpido tras una serie de apelaciones en el proceso de contratación, lo que llevó a la empresa adjudicataria a desistir. Según Ferrer, ya se concretó la garantía de cumplimiento con un nuevo proveedor y el expediente se encuentra en etapa de refrendo por parte de la contabilidad municipal.

El alcalde interino también reconoció que persisten inquietudes respecto al estado de las finanzas y los compromisos administrativos heredados por la gestión suspendida. “Es claro que existe un temor fundado sobre la posibilidad de hallar más irregularidades. Estamos en una revisión minuciosa de todos los procesos. No quisiera sorpresas, pero si el OIJ debe volver, que así sea. Debemos actuar con absoluta transparencia y respaldo técnico”, sostuvo.

Ferrer asegura que toda decisión se tomará conforme a criterios técnicos de los departamentos municipales y subraya la necesidad de fortalecer los mecanismos internos de control.

Más allá de la gestión cotidiana, el alcalde interino hace un llamado a repensar la arquitectura institucional de los gobiernos locales. En particular, cuestiona la falta de atribuciones claras para figuras como el segundo vicealcalde, lo cual, en momentos de crisis, deja a las municipalidades sin capacidad de respuesta inmediata.

“Debemos entender que la fórmula completa de la alcaldía es clave. El segundo vicealcalde no puede ser un relleno decorativo. Históricamente se ha desperdiciado ese rol, y eso ha costado caro a la institucionalidad en momentos como este”, advirtió.

Emmanuel Ferrer ejercerá como alcalde interino hasta el 21 de agosto, salvo que se prorrogue la suspensión judicial contra los jerarcas electos. En ese lapso, su principal desafío será recuperar la confianza ciudadana y garantizar el funcionamiento básico del gobierno local, en medio de una administración marcada por la incertidumbre.

Aunque su gestión es temporal, la expectativa en torno a su estilo de liderazgo y capacidad para imponer orden es alta. Ferrer concluye que esta experiencia debe dejar lecciones duraderas, no solo para Mora, sino para el diseño de las estructuras municipales en todo el país.

Fuente: Nación

 

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