La cooperación entre las autoridades locales y federales de Estados Unidos ha dado un paso importante en la lucha contra el crimen organizado. En una reciente ofensiva contra el Tren de Aragua, una peligrosa organización criminal originaria de Venezuela, se anunciaron nuevas acusaciones que han captado la atención de la opinión pública. El zar fronterizo de EE. UU., Tom Homan, y el alcalde de Nueva York, Eric Adams, dieron a conocer la detención de 27 individuos presuntamente vinculados a esta banda, acusados de delitos graves como tráfico sexual, narcotráfico, robo y posesión ilegal de armas de fuego.
Este es el primer caso federal en el que se enfrentan cargos contra el Tren de Aragua en Estados Unidos, lo que marca un hito en la lucha contra las redes criminales internacionales. Las acusaciones han desatado una serie de reacciones, especialmente en el contexto político actual. La reciente decisión del gobierno de Trump de retirar los cargos de corrupción contra el alcalde Adams, quien se postula para la reelección como independiente, ha añadido una capa de complejidad al caso.
“Cada miembro del TDA (Tren de Aragua) debería estar huyendo,” expresó Homan, subrayando la seriedad de los cargos. Por su parte, el alcalde Adams aprovechó para reiterar su compromiso con la seguridad en la ciudad. "La pregunta que debemos responder es de qué lado estás... Yo tengo claro de qué lado estoy," afirmó, posicionándose de manera tajante contra el crimen organizado.
Las autoridades de Manhattan también revelaron detalles alarmantes sobre las prácticas de la organización, que incluyen el contrabando de mujeres jóvenes desde Venezuela, a través de Perú, hasta Estados Unidos. Estas mujeres eran forzadas a la prostitución como una forma de pagar deudas, bajo amenazas de violencia extrema. Además, se identificó el tráfico de drogas, incluyendo la sustancia conocida como "tusi", que contiene ketamina.
Este caso no solo pone de manifiesto la violencia y la explotación de la organización, sino que también resalta la necesidad urgente de una cooperación internacional más estrecha. Las operaciones transnacionales de estas bandas requieren un enfoque global para ser desmanteladas efectivamente.
Fuente: El Diario de Sonora