María Corina Machado: La mujer que desafió al régimen y movilizó a millones de venezolanos por un futuro distinto

Venezuela

Durante el último año, María Corina Machado, una de las principales figuras opositoras de Venezuela, ha recorrido el país de norte a sur en una incansable cruzada por la democracia, enfrentándose a obstáculos imposibles. A pesar de que le cerraron vías, le cancelaron vuelos e incluso le arrojaron sangre de animal en su vehículo, la líder opositora no cedió. Sus visitas a barrios y comunidades llenas de personas que anhelan un cambio de gobierno fueron momentos de contacto directo con los ciudadanos. En cada uno de esos encuentros, decenas de venezolanos le regalaron rosarios, los cuales ella guarda cuidadosamente con el nombre, lugar y fecha. Estos objetos se convirtieron en símbolos de resistencia y fe para ella. En los grandes mítines, Machado a veces lleva hasta diez rosarios sobre su pecho, como un recordatorio constante de las oraciones y el apoyo que recibe en su lucha.

"Con cada uno de estos rosarios puedo recordar por qué hago lo que hago y cuántas oraciones nos dan fuerza para seguir luchando", expresó Machado en varias ocasiones. Desde que el presidente Nicolás Maduro fue declarado ganador de las elecciones del 28 de julio de 2024, Machado ha estado bajo amenaza de arresto, motivo por el cual se ha visto obligada a refugiarse. Sin embargo, lejos de rendirse, ha renovado su compromiso con los venezolanos que desean un cambio radical en el gobierno. Incluso después de la publicación del informe del Consejo Nacional Electoral (CNE), que confirmó la victoria de Maduro y avivó las sospechas de fraude, Machado no perdió la esperanza.

Menos de una hora después de ese anuncio, en el que se declaró a Maduro como vencedor, Machado salió al paso con una declaración que sorprendió al mundo: su candidato, Edmundo González Urrutia, había ganado las elecciones, y tenía pruebas irrefutables para demostrarlo. La oposición, liderada por Machado, había realizado un conteo paralelo de los votos, utilizando las actas oficiales resguardadas por sus testigos. A través de este esfuerzo, se evidenció el fraude electoral y se obtuvo el respaldo de países como Estados Unidos, que reconocieron a González como el verdadero ganador, basándose en las pruebas presentadas.

"Ganar tomó mucho tiempo y cobrar también puede tomar tiempo", repitió Machado en varios mensajes de voz enviados a sus seguidores. "Así que hay que resistir, tenemos que seguir cerca de la gente y decirles que no los vamos a abandonar, porque vamos hasta el final". Esta consigna, "Hasta el final", se ha convertido en el lema de su lucha. Desde su rol de madre y abuela, Machado se ha erigido como una figura de esperanza para millones de venezolanos que creen que el cambio es posible. En un contexto donde la oposición estaba fragmentada y algunos de sus líderes más conocidos, como Henrique Capriles, Leopoldo López y Juan Guaidó, veían cómo sus liderazgos se desgastaban, ella ha asumido la responsabilidad de ser la última esperanza de cambio para el país.

En una entrevista realizada en noviembre de 2024, Machado expresó: "Hemos cometido muchos errores, pero estos errores han sido parte de nuestro proceso de aprendizaje. Nos hemos dado cuenta de que somos capaces de hacer mucho más de lo que pensábamos". Esta reflexión demuestra su madurez política y personal, y también la de muchos venezolanos que han cambiado su perspectiva sobre la política y el futuro de su país.

María Corina Machado nació en una familia prominente, en la que su padre fue un destacado empresario del sector metalúrgico, cuya empresa fue nacionalizada por Hugo Chávez, el antecesor de Maduro. Su madre, psicóloga y tenista de renombre, también tuvo una gran influencia en su formación. Tras obtener el título de Ingeniera Industrial con especialización en finanzas, Machado trabajó en varias empresas industriales antes de involucrarse en organizaciones que luchaban contra la pobreza y en actividades de veeduría electoral.

Su carrera política comenzó con su vinculación al Partido Republicano en Estados Unidos, país en el que vivió por un tiempo y con el que mantiene estrechos lazos políticos. Desde que se sumó a la política activa, el chavismo la ha señalado como una "colaboradora del golpismo imperialista". En 2010, Machado llegó a la Asamblea Nacional como diputada independiente, marcando el inicio de una carrera política en la que se posicionó en contra del chavismo y su ideología. Fue entonces cuando la acusaron de recibir fondos ilegales de fundaciones estadounidenses, lo que resultó en una prohibición de salida del país por tres años.

A pesar de los obstáculos, Machado siguió luchando. En 2014, junto a Leopoldo López, promovió la salida de Maduro, y en 2017 y 2019 participó activamente en las protestas contra el gobierno. Su postura firme contra cualquier intento de negociación con el chavismo la posicionó como una de las voces más radicales y decididas en la lucha por la democracia.

A lo largo de su carrera, Machado ha sido vista como una "rebelde", tanto para el chavismo como para sectores dentro de la oposición. Sus posturas firmes y sus exigencias de un cambio radical la convirtieron en una figura controvertida, a menudo rechazada por los que preferían un enfoque más conciliador. Sin embargo, con el paso del tiempo y el desgaste de otros liderazgos opositores, Machado ha logrado convertirse en la figura central de una nueva coalición opositora que se enfrenta a Maduro con renovada esperanza.

Lo que distingue a Machado es su capacidad para conectar con el pueblo venezolano de una manera profunda y personal. La cultura política venezolana ha estado marcada históricamente por figuras caudillistas, como Simón Bolívar y Hugo Chávez, quienes cultivaron una relación directa con la gente, muchas veces en términos de una relación paternalista. Machado, aunque opuesta ideológicamente al chavismo, ha logrado captar el cariño y la admiración del pueblo de una manera similar. En las protestas, es común verla rodeada de personas de todas las edades y clases sociales, quienes la abrazan, le besan la mano y la llaman "mi amor" o "mi reina". Este contacto directo con la gente es lo que la ha convertido en una figura de lucha y esperanza, una madre y abuela para muchos, y un símbolo de resistencia contra un régimen que muchos consideran opresivo.

En la historia política de Venezuela, esta conexión con el pueblo ha sido un factor determinante en la construcción de liderazgos. Así, María Corina Machado, quien alguna vez fue vista como una figura distante y radical, ahora se erige como la esperanza de millones de venezolanos que, a pesar de los años de sufrimiento, no han perdido la fe en que el cambio es posible.

 

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