Francia
El presidente Emmanuel Macron se encuentra en una encrucijada crucial mientras busca designar a un nuevo primer ministro para Francia, en medio de un contexto político cada vez más tenso y complicado. La situación en Eslovaquia, donde la oposición ha intensificado sus demandas a Bruselas, refleja un panorama de descontento que resuena también en el ámbito europeo.
En Eslovaquia, miles de ciudadanos han salido a las calles de Bratislava para expresar su rechazo a una serie de decisiones gubernamentales controvertidas que consideran una amenaza para el Estado de derecho y las libertades democráticas. Las manifestaciones, que han contado con la participación de aproximadamente 10,000 personas, se han vuelto un símbolo de la creciente frustración con el gobierno de Robert Fico y su coalición.
Tres eventos recientes han sido el catalizador de esta oleada de protestas. En primer lugar, la ministra de Cultura, Martina Šimkovičová, del ultranacionalista Partido Nacional Eslovaco (SNS), llevó a cabo una purga en las principales instituciones culturales del país, incluyendo el Teatro Nacional Eslovaco y la Galería Nacional. Los despidos fueron justificados por Šimkovičová como una necesidad de erradicar el "activismo político" y priorizar a los artistas locales sobre los extranjeros. Sin embargo, críticos han denunciado esto como un ataque directo a la libertad de expresión.
En segundo lugar, la reciente liberación del exfiscal especial Dušan Kováčik, condenado anteriormente por corrupción, ha suscitado controversia. El Ministro de Justicia, Boris Susko, presentó un recurso extraordinario para asegurar la liberación de Kováčik, lo que ha sido calificado por opositores como una medida sin precedentes e inaceptable.
El tercer factor de tensión ha sido la propuesta de Fico de disolver la Agencia Nacional contra la Delincuencia (NAKA), que investiga casos de corrupción en los que el propio primer ministro está implicado. Esta decisión ha aumentado las sospechas sobre la independencia y la integridad de las instituciones judiciales en el país.
Las manifestaciones han llevado a la oposición a convocar dos sesiones parlamentarias extraordinarias la próxima semana, incluyendo una posible moción de censura contra Šimkovičová y Susko. La eurodiputada Lucia Yar, del partido Eslovaquia Progresista, ha subrayado que las recientes acciones del gobierno representan un "ataque frontal a nuestras instituciones y a la libertad de arte y cultura".
A pesar de que el partido Smer de Fico y sus socios de coalición tienen una mayoría sólida en el Parlamento, el descontento también se siente dentro del propio gobierno. La eurodiputada Veronika Cifrová Ostrihoňová ha señalado que las protestas reflejan una respuesta a un intento sistemático de socavar el Estado de derecho, y ha instado a Bruselas a mantenerse alerta.
La Comisión Europea ha optado por un enfoque cauteloso, evitando tomar medidas drásticas como la congelación de fondos comunitarios, a diferencia de lo que hizo con el gobierno de Viktor Orbán en Hungría. Sin embargo, los expertos advierten que la presión sobre Bruselas está aumentando, y que podría ser necesario tomar medidas más contundentes frente a las reformas divisivas promovidas por Fico.
El analista político Anton Spisak del Centro para la Reforma Europea ha advertido que la Comisión Europea podría verse obligada a actuar si las acciones del gobierno eslovaco continúan amenazando los principios fundamentales de la Unión Europea.
En este contexto de creciente agitación política, la tarea de Macron de elegir un nuevo primer ministro adquiere una relevancia aún mayor, mientras Europa observa con atención los desarrollos en Eslovaquia y sus implicaciones para el equilibrio democrático en la región.
Fuente: Europa Press