Uruguay
Álvaro Delgado, candidato presidencial por el oficialismo en Uruguay, ha planteado una audaz propuesta de cara a las próximas elecciones. Tras haber ganado con holgura las elecciones internas del Partido Nacional, Delgado ha decidido ampliar su base de apoyo más allá de las fronteras partidarias al elegir como su compañera de fórmula a Valeria Ripoll, una destacada dirigente sindical. La decisión de seleccionar a una exmiembro del Partido Comunista como candidata a la vicepresidencia generó controversia entre algunos sectores del partido, aunque la fórmula fue ratificada de manera contundente por la convención de este fin de semana, preparándose para las elecciones del 27 de octubre.
Durante su presentación, Delgado, quien hasta finales del año pasado se desempeñó como secretario de la Presidencia bajo el mandato de Luis Lacalle Pou, compartió varias de sus propuestas de campaña, enfocadas en lo que ha denominado un “segundo piso de transformaciones.”
El candidato subrayó los logros del actual gobierno, destacando la creación de 90.000 puestos de trabajo y el incremento del salario real, que alcanzó su mayor nivel en 49 años. De cara a un posible segundo mandato de la coalición multicolor, se comprometió a generar 60.000 nuevos empleos, principalmente en el interior del país y dirigidos a los jóvenes.
“No solo vamos a trabajar en aumentar el salario real y seguir reduciendo la inflación para que el dinero rinda más, sino también en disminuir el costo de vida, especialmente en alimentos, energía y productos de higiene personal,” declaró Delgado en su discurso.
La seguridad también ocupa un lugar central en su plataforma. Delgado resaltó el cierre de 4.000 puntos de venta de pasta base durante la actual administración, un logro sin precedentes. Asimismo, reiteró su intención de crear un grupo antimafia inspirado en el modelo italiano, que sería establecido a través de la Ley de Presupuesto. Este grupo estaría bajo la coordinación del Ministerio del Interior, con la participación de diversas agencias estatales, incluyendo el Ejército, la Secretaría Antilavado, la Secretaría de Inteligencia, el Banco Central y la Aduana.
En cuanto a la educación, Delgado lamentó las altas tasas de deserción en la educación media y la cantidad de jóvenes que no completan el liceo, describiendo esta situación como un “problema grave.” Para abordar este desafío, propuso otorgar un incentivo económico a los estudiantes que finalicen la educación secundaria, con un enfoque especial en aquellos pertenecientes a los primeros dos quintiles de ingresos, es decir, los más desfavorecidos de Uruguay. “Es la mejor inversión que podemos hacer. Nunca será un gasto, es una oportunidad para asegurar que todos los jóvenes uruguayos completen su educación,” enfatizó el candidato, quien considera esta medida crucial para posicionar a Uruguay como el país “más desarrollado de América Latina.”
Además, Delgado prometió reducir a la mitad la pobreza infantil, para lo cual anunció un plan de inversión de 200 millones de dólares en la primera infancia.
Por último, el candidato abogó por un Estado “más simple,” comprometido con la reducción de la burocracia innecesaria. “Se trata de eliminar trámites que no agregan valor, de simplificar procesos para que el Estado funcione mejor y sirva más eficientemente a todos,” concluyó.
Fuente: Infobae