Argentina
Las relaciones entre el presidente argentino Javier Milei y su homólogo venezolano Nicolás Maduro siempre han sido tensas, pero la reciente crisis política en Venezuela ha elevado el conflicto a un nuevo nivel.
Tras las elecciones presidenciales en Venezuela del domingo, Milei denunció a Maduro como un "dictador" y advirtió que Argentina no aceptará ningún nuevo fraude. La reelección de Maduro, envuelta en sospechas de irregularidades, provocó una dura respuesta del líder venezolano, quien atacó a Milei con insultos, llamándolo "¡bicho cobarde!" y descalificándolo como "nazi fascista".
Maduro, en un acto de agresiva retórica, descalificó a Milei como un "vendepatrias" y enfrentó a los seguidores de Milei con gritos de "¡Milei, basura, vos sos la dictadura!". El canciller venezolano, Yvan Gil, se unió al ataque calificando a Milei de “nazi nauseabundo” y proclamando la reelección de Maduro como una “victoria aplastante” que supuestamente demuestra que la región ha rechazado el “fascismo” que Milei promueve.
El disputado desenlace electoral reconfigura al gobierno argentino como uno de los críticos más visibles del régimen de Maduro. Este conflicto resucita la polarización política en Argentina que, con la llegada de Milei a la presidencia, parecía haber disminuido.
El kirchnerismo, con una inclinación hacia el régimen venezolano, se encuentra nuevamente alineado con Maduro, validando el resultado electoral que es cuestionado por muchos, incluidos observadores internacionales y líderes opositores. En contraste, el espacio antikirchnerista, liderado por Milei y sus aliados de Juntos por el Cambio, junto con facciones del peronismo que resisten el retorno al control kirchnerista, encuentran en esta situación un nuevo motivo para distanciarse de la corriente dominante.
Este resurgimiento de la polarización política en Argentina refleja la persistencia del conflicto venezolano en el debate local. Durante más de 25 años, Venezuela ha sido gobernada por un régimen autocrático que ha enfrentado rechazo internacional, incluso de gobiernos progresistas en Colombia y Brasil, aunque estos, especialmente el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvieron una neutralidad que beneficiaba al chavismo en momentos críticos.
China, Rusia, Irán y Cuba siguen siendo aliados estratégicos del chavismo, apoyando a un régimen que ha sido ampliamente criticado por la falta de libertades y violaciones de derechos humanos. Sin embargo, los aliados internacionales del chavismo, incluidos algunos en América Latina como el kirchnerismo argentino, permanecen firmes en su apoyo.
El gobierno argentino, alineado con Estados Unidos y la oposición venezolana liderada por Corina Machado y Edmundo González Urrutia, ha adoptado una postura clara contra el régimen de Maduro, exacerbando la tensión en la política internacional y local.
Fuente: El Universal