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Los intentos de Donald Trump de repudiar el Proyecto 2025, un plan de derecha que busca una reestructuración radical del gobierno de Estados Unidos si es reelegido en noviembre, han sido calificados de "absurdos" por ex figuras republicanas.
El Proyecto 2025 aboga por reemplazar a los funcionarios públicos con leales a Trump, eliminar el Departamento de Educación, poner el Departamento de Justicia bajo el control del presidente y prohibir la píldora abortiva.
Los demócratas han enfatizado que el documento de más de 900 páginas, elaborado por el grupo conservador Heritage Foundation, refleja lo que sería una segunda presidencia de Trump.
Aunque el plan fue escrito por ex miembros de su primera administración y Trump frecuentemente apoya sus políticas en sus discursos, la semana pasada intentó distanciarse de la iniciativa.
En su plataforma Truth Social, Trump afirmó “no saber nada sobre el Proyecto 2025” y no tener “idea de quién está detrás de él”.
“No estoy de acuerdo con algunas de las cosas que dicen y algunas de las cosas que dicen son absolutamente ridículas y abismales. Les deseo suerte en todo lo que hagan, pero no tengo nada que ver con ellos”, añadió.
Olivia Troye, ex asesora de Mike Pence en la Casa Blanca, dijo a CNN que Trump intentaba desvincularse del Proyecto 2025 por reconocer que sus políticas extremadamente controvertidas podrían afectar su candidatura.
“Esto es absurdo si consideramos quiénes colaboraron en este plan”, señaló. “Muchas de estas personas sirvieron en el gabinete de Trump durante su administración. Estuve con ellos en esas reuniones políticas”.
Troye mencionó a John McEntee, ex director de personal de la Casa Blanca, Stephen Miller, asesor principal, Ben Carson, ex secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, y Ken Cuccinelli, ex subsecretario de Seguridad Nacional, como principales arquitectos del proyecto.
“Creo que Trump sabe que lo escrito en este plan es tan extremo que perjudica sus posibilidades de ser elegido”, afirmó Troye.
Michael Steele, ex presidente del RNC y presentador de MSNBC, se burló de la negación de Trump: “¿Cómo puedes ‘no saber nada’ sobre algo y al mismo tiempo ‘no estar de acuerdo’ con ello?”.
Steele también cuestionó cómo Trump podría desconocer que Paul Dans, director del Proyecto 2025, fue su jefe de personal en la Oficina de Administración de Personal, y que Spencer Chretien, director asociado del proyecto, fue su asistente especial.
Entre las propuestas más drásticas del plan se encuentran despedir a miles de funcionarios públicos permanentes y reemplazarlos con conservadores leales a Trump, desmantelar el Departamento de Educación federal, afirmar el poder presidencial sobre el Departamento de Justicia y prohibir la píldora abortiva.
Los demócratas, en un intenso debate interno sobre si Joe Biden debería ser su candidato presidencial, han decidido utilizar el Proyecto 2025 para mostrar lo que significaría una segunda presidencia de Trump.
Troye advirtió que el proyecto representa una amenaza tanto para los demócratas como para los conservadores moderados.
“Si leemos detenidamente este plan, es una extralimitación total del gobierno federal sobre nuestras libertades individuales”, afirmó.
Los defensores de Trump han respaldado sus esfuerzos por distanciarse del proyecto. Marco Rubio, senador republicano de Florida, afirmó en CNN que no había ninguna conexión entre el Proyecto 2025 y Trump.
“Los think tanks proponen ideas”, dijo Rubio. “Pero el candidato de nuestro partido es Donald Trump”.
Rubio también desestimó los comentarios de Kevin Roberts, presidente de la Heritage Foundation, sobre una "segunda revolución estadounidense" impulsada por los conservadores, visto por muchos demócratas como una amenaza implícita de violencia política.
“Ese comentario no lo hizo Trump. Nuestro candidato es Donald Trump”, afirmó Rubio.
Sin embargo, las negaciones de Trump parecen ser socavadas por los estudios que revelan que de las 38 personas involucradas en el Proyecto 2025, 31 ocuparon roles en la administración de Trump, lo que representa el 81% de los creadores del documento.
Fuente: The Guardian
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