Petro le apuesta a que EE. UU. levante sanciones contra Venezuela con cumbre en Bogotá



Internacional

Las cuatro reuniones que en cuatro meses han sostenido en Venezuela el presidente Gustavo Petro y Nicolás Maduro –secundados por las visitas de su canciller, Álvaro Leyva, y hasta de la primera Dama, Verónica Alcocer– han tenido como foco un mismo propósito que se materializará el próximo martes en Bogotá: una cumbre internacional para descongelar los diálogos entre el chavismo y la oposición. Detrás de ese rol de mediador hay múltiples intereses y pretensiones en juego.

La cita del próximo 25 de abril tendrá delegados de 15 países, buscarán que el régimen y la oposición limen asperezas, superen las diferencias y reanuden las negociaciones por la democracia que se paralizaron en México en noviembre pasado.

De fondo, la gran pretensión de Petro –como ha quedado en evidencia con cada movimiento diplomático– es que se levanten las sanciones económicas y financieras que desde 2015 Estados Unidos impuso sobre Venezuela. Aunque el castigo ha asfixiado al régimen y puso contra las cuerdas a su economía, no ha sido suficiente para que Maduro dé un paso al costado.

El otro propósito, encadenado al levantamiento de sanciones, es que en Venezuela se celebren elecciones transparentes y con veeduría internacional en 2024.

Sin embargo, más allá del aparente gesto altruista por atender la crisis política y social de Venezuela, la cumbre le serviría al presidente Petro como plataforma para hacer realidad uno de los anhelos que se trazó desde el 7 de agosto: catapultarse como un líder regional y reforzar la ofensiva diplomática en defensa de Venezuela.

El tema es clave para el Jefe de Estado colombiano. No de otra manera se explica por qué –aun cuando son tan delicados y diversos los temas que podrían tratarse sobre la relación entre Colombia y Estados Unidos–, Petro decidió incluir a Venezuela en el decisivo encuentro que sostendrá este jueves con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca.

La petición con la que arriba el Jefe de Estado a la Casa Blanca sobre este tema es concreta: que se levanten las sanciones internacionales de corte económico y social que pesan desde hace casi una década contra Venezuela –a las que Maduro les atribuye la crisis– y que, a partir de allí, comience a desescalar la tensión entre la oposición y el régimen. Lo anterior, con miras también a las elecciones presidenciales en Venezuela en 2024.

“Esta cumbre de cancilleres de gobiernos europeos, de Estados Unidos y de países de América Latina, es en pos de destrabar las negociaciones que realiza Venezuela, Estados Unidos, México y Noruega. El objetivo: que no haya sanciones y que haya mucha más democracia. Más democracia, cero sanciones, es el objetivo de la conferencia en Bogotá”, explicó el mandatario colombiano.

De hecho, aunque el propio Maduro reconoció los esfuerzos de Colombia al idear la cumbre, advirtió que la única salida para que avance el diálogo político es que cese “la recurrente agresión externa, las ilegales sanciones y los bloqueos económicos y financieros”.

En otras palabras, el presidente venezolano condicionó el éxito de las negociaciones en México –con las que la oposición busca también unas elecciones presidenciales transparentes en 2024–, al “levantamiento definitivo” de las sanciones.



Fuente: El Colombiano 

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