Arranca la campaña presidencial en Brasil

 


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Las campañas presidenciales de Brasil iniciaron oficialmente el martes, en momentos en que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva lidera las encuestas sobre el actual mandatario Jair Bolsonaro y en medio de una creciente preocupación por la violencia política y las amenazas a la democracia.

Lula, cuya presidencia de dos mandatos transcurrió de 2003 a 2010, ya se ha puesto un chaleco antibalas para sus apariciones públicas. Tenía previsto dar un discurso en una fábrica de motores el martes por la mañana, pero la policía le pidió cancelar el evento por cuestiones de seguridad, de acuerdo con su campaña. En lugar de eso, el político de izquierda lanzará su séptima candidatura a la presidencia en la planta de Volkswagen en Sao Bernardo do Campo, una ciudad manufacturera en las afueras de Sao Paulo donde saltó a la fama como líder sindical en la década de 1970.

Bolsonaro volvió a visitar la intersección en la ciudad de Juiz de Fora donde fue apuñalado por un enfermo mental en la campaña de 2018. Llegó en motocicleta rodeado de guardias de seguridad y portando un chaleco antibalas, a diferencia de 2018, cuando se metió entre la multitud sin ningún tipo de protección. Estrechó las manos de simpatizantes y se montó al escenario para pronunciar un discurso.

Creomar de Souza, fundador de la consultoría de riesgos políticos Dharma Politics, señaló que la visita de Lula a la planta automotriz es típica del simbolismo brasileño.

“Lula está evocando algo de nostalgia, elementos de su primera campaña en 1989, insinuando el legado que dejó su presidencia”, dijo de Souza.

Y el regreso de Bolsonaro al sitio donde lo apuñalaron es un intento de evocar el mismo perfil de rebelde que proyectó a raíz de las revelaciones de corrupción que sacudieron a la nación y permitieron al antiguo legislador alcanzar la victoria en 2018, dijo Maurício Santoro, profesor de ciencias políticas de la Universidad Estatal de Río de Janeiro.

“Para Bolsonaro, esta es la imagen de sí mismo como un candidato rebelde y contrario al sistema, y el ataque en su contra fue pieza central de esa narrativa”, comentó Santoro. “Para él y sus simpatizantes, el hombre que lo apuñaló no era un ‘lobo solitario’ sino parte de una conspiración de la élite política contra Bolsonaro”, añadió.

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Bestiario Político No. 72