Bolivia elimina el subsidio a los combustibles y declara emergencia económica y social
Bolivia
El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, anunció este miércoles la eliminación de la subvención estatal a los combustibles y la declaratoria de una emergencia económica, energética, financiera y social, en medio de una profunda crisis marcada por la escasez de dólares, inflación en ascenso y falta de carburantes.
En un mensaje televisado desde la Casa Grande del Pueblo, Paz afirmó que su gobierno recibió un país “con la economía herida, sin reservas, sin combustible y con un Estado vaciado desde adentro”, y sostuvo que la decisión busca “sincerar los precios” de los hidrocarburos y corregir distorsiones acumuladas durante las últimas dos décadas.
“La eliminación de subsidios mal diseñados no es abandono, es orden, justicia y redistribución real. Los mecanismos que sirvieron para encubrir corrupción y contrabando no volverán a condenar a Bolivia”, aseguró el mandatario, en una clara crítica a los anteriores gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS).
Aumento inmediato de precios
El decreto presidencial habilita un incremento inmediato en los precios de los combustibles. La gasolina regular pasará a costar 6,96 bolivianos por litro (alrededor de un dólar), la gasolina premium 1,58 dólares, y el diésel 1,40 dólares por litro. Hasta ahora, ambos carburantes se mantenían subsidiados en US$0,53, un esquema vigente desde hace más de 20 años y que representaba un gasto anual superior a US$2.000 millones, según cifras oficiales.
Paz calificó la medida como una “decisión histórica de salvataje nacional”, orientada a estabilizar la economía, restablecer la confianza y atraer inversión privada.
Reacción social y presión sindical
El anuncio generó incertidumbre inmediata. Durante la noche del miércoles se registraron largas filas en estaciones de servicio, mientras que este jueves se concretó un alza en las tarifas del transporte público, especialmente en La Paz, donde el pasaje de minibús subió de 2,40 a 5 bolivianos.
Los sindicatos de transportistas y organizaciones sociales rechazaron la medida y advirtieron sobre posibles movilizaciones. La Central Obrera Boliviana (COB) convocó a una reunión de emergencia para evaluar acciones, calificando la decisión como un nuevo “gasolinazo”.
“Estamos dolidos y en alerta. Serán las bases las que definan las medidas a tomar”, declaró el dirigente sindical Mario Argollo.
Apoyos políticos y respaldo internacional
Pese a las críticas, la decisión fue respaldada por sectores empresariales y líderes opositores. El gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, sostuvo que el subsidio “empobreció al país y alimentó el contrabando”, mientras que el empresario Samuel Doria Medina advirtió que sin ajustes la crisis se profundizaría.
Desde el plano internacional, el Departamento de Estado de Estados Unidos calificó las medidas como “esfuerzos históricos para abrir Bolivia al mundo”, y reconoció que, aunque el proceso será complejo, representa un cambio de rumbo tras años de estancamiento económico.
Compensaciones y reformas estructurales
Para amortiguar el impacto social, el gobierno anunció un aumento del salario mínimo del 20%, que pasará de 2.750 a 3.300 bolivianos a partir de enero. También se incrementarán los principales bonos sociales, incluida la Renta Dignidad y el Bono Juancito Pinto.
En paralelo, Paz lanzó un régimen extraordinario de repatriación de capitales con 0% de impuestos, liberación de exportaciones y la desregulación del diésel para facilitar su importación, como parte de un paquete orientado a aliviar la escasez de divisas y reactivar la economía.
“Bolivia tocó fondo. Y cuando se toca fondo, solo queda subir”, concluyó el presidente.
Fuente: BBC

.jpg)
