Absuelven al único soldado juzgado por la masacre del Domingo Sangriento
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Un tribunal norirlandés, bajo jurisdicción británica, absolvió al único soldado acusado de la masacre del Domingo Sangriento, ocurrida en Londonderry en 1972, cuando 14 activistas defensores de la no violencia fueron asesinados por soldados británicos, un episodio que marcó el inicio de casi tres décadas de conflicto sectario en Irlanda del Norte.
El magistrado Patrick Lynch justificó su veredicto en la insuficiencia de pruebas presentadas por la Fiscalía. Los familiares de las víctimas y el partido republicano Sinn Féin, cuya vicepresidenta Michelle O’Neill es ministra principal de Irlanda del Norte, manifestaron su decepción por la decisión.
El soldado, identificado únicamente como F para proteger su seguridad, se había declarado no culpable de los asesinatos de James Wray y William McKinney, así como de otros cinco intentos de homicidio. “Sea cual sea la sospecha sobre su papel, estamos limitados por las pruebas presentadas ante nosotros”, afirmó Lynch. La sentencia descarta la noción de “culpa colectiva” y subraya que la responsabilidad penal recae en acciones individuales con intención consciente de matar.
Las pruebas más sólidas eran los testimonios de otros dos soldados, quienes habían modificado sus declaraciones en varias ocasiones. Lynch destacó que los tres involucrados “perdieron totalmente el mínimo sentido de disciplina militar”.
El tribunal cita falta de pruebas para absolver al militar
La masacre del 30 de enero de 1972, cometida por soldados del Regimiento Paracaidista, se convirtió en un símbolo de la causa irlandesa y fue recordada por el grupo U2 en la canción Sunday Bloody Sunday.
En 2010, una comisión independiente encabezada por el juez Mark Saville exoneró a los activistas. El entonces primer ministro británico David Cameron calificó los hechos como “imperdonables” y ofreció disculpas oficiales, aunque los responsables nunca enfrentaron la justicia. Posteriores gobiernos conservadores, incluido el de Boris Johnson, promovieron leyes que otorgaban inmunidad a los soldados implicados, como la Ley del Legado, que proponía una “comisión de la verdad” para condonar responsabilidades penales.
Michelle O’Neill calificó la absolución de “profundamente decepcionante” y criticó la “continua negación de justicia a las familias del Domingo Sangriento”. Por su parte, familiares como Mickey McKinney reconocieron la frustración, pero valoraron que al menos el soldado F haya sido llevado al banquillo, como un paso simbólico hacia la memoria y la verdad.
Fuente: El País


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