La fracción legislativa del Partido Liberal Progresista (PLP) sufre una nueva baja. Este martes, el subjefe de bancada y vocero liberal, Luis Diego Vargas, anunció su renuncia a la agrupación, dejando al excandidato presidencial Eliécer Feinzaig prácticamente solo al frente de lo que alguna vez fue un bloque de seis diputados.
Con la salida de Vargas, solo Feinzaig y Gilberto Campos permanecen en la fracción liberal, que inició funciones en mayo de 2022. Antes de esta última dimisión, ya se habían alejado las diputadas Kattia Cambronero (noviembre de 2024), Johana Obando y Cynthia Córdoba (febrero de este año).
En un comunicado oficial, Vargas criticó con firmeza el rumbo que ha tomado el partido fundado por Feinzaig, señalando que la agrupación ha perdido su norte ideológico y que ya no representa los principios con los que él se identifica.
“La visión que tiene la dirigencia actual difiere en mucho de mi visión y la de otros liderazgos que creímos en los principios que dieron origen al PLP”, expresó Vargas.
“Mi ciclo en el partido se agotó. Hoy, el Liberal ha extraviado su propuesta de transformación”, agregó.
El ahora diputado independiente afirmó que la cúpula del PLP ha cerrado espacios de participación a las bases, generando una desconexión entre la dirigencia y la militancia.
A pesar de su renuncia al partido, Vargas no dejará su curul. Siguiendo la línea de sus excompañeras Obando y Córdoba, el legislador confirmó que mantendrá su escaño como independiente y se enfocará en promover proyectos sobre expropiaciones, alianzas público-privadas y planificación urbana.
“Mi participación política seguirá siendo profundamente liberal, humana y costarricense. Me mantendré cercano a la ciudadanía y actuaré conforme a mis principios”, subrayó.
La renuncia de Vargas generó rápidas reacciones entre sus excompañeras de bancada. Kattia Cambronero, primera en abandonar el PLP, consideró que la salida del subjefe confirma los problemas estructurales que denunció meses atrás:
“La renuncia de Vargas reafirma la hiperconcentración del poder en el partido y la desconexión con las estructuras territoriales. Se ha perdido el trabajo de base”, afirmó.
Por su parte, Johana Obando y Cynthia Córdoba, quienes renunciaron tras recibir escaso respaldo de la fracción frente a lo que consideraron represalias del Ejecutivo por sus posiciones críticas, coincidieron en que el liderazgo de Feinzaig eclipsó al resto de los liderazgos.
“Cuando salí del PLP sentí que no tenía voz. El partido gira en torno a una sola figura y eso no es saludable”, manifestó Córdoba, quien ofreció su solidaridad a Vargas.
“Hoy son menos los diputados que representan al PLP. El piso 13 de la Asamblea se ha convertido en el bastión de los independientes”, concluyó.
La salida de Luis Diego Vargas no solo evidencia una crisis de liderazgo al interior del PLP, sino que marca un nuevo episodio en la fragmentación de una bancada que, en sus inicios, prometía representar una alternativa liberal moderna. El desafío para Feinzaig ahora será reconstruir su credibilidad y cohesionar lo que queda de su fracción ante un panorama legislativo cada vez más complejo.
Fuente: Nación