Kamala Harris, la primera mujer vicepresidenta de la historia de Estados Unidos y una figura clave en la política estadounidense, alcanzó una nueva etapa en su carrera tras el anuncio de la renuncia del presidente Joe Biden a buscar la reelección en 2024. En un mensaje que sorprendió a muchos, Biden expresó su pleno respaldo a Harris como candidata a la presidencia del Partido Demócrata, instando a la unidad dentro del partido para enfrentar a Donald Trump en las elecciones de noviembre. "Hoy quiero ofrecer mi pleno apoyo y respaldo a Kamala para que sea la candidata de nuestro partido este año. Demócratas: es hora de unirnos y vencer a Trump. Hagámoslo", dijo Biden el día de su anuncio, un respaldo que Harris aceptó con entusiasmo.
La vicepresidenta respondió al apoyo de Biden con un compromiso firme hacia su candidatura. En un comunicado, expresó: "Es un honor para mí contar con el respaldo del presidente y mi intención es merecer y ganar esta nominación. Haré todo lo que esté a mi alcance para unir al Partido Demócrata y a nuestra nación para derrotar a Donald Trump y a su extrema agenda del Proyecto 2025".
De ser confirmada como la candidata presidencial, Harris tendría la oportunidad de convertirse en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos, un hito que no logró Hillary Clinton en 2016, quien fue derrotada por Trump. Esta perspectiva renovó las esperanzas de una nueva era en la política estadounidense, donde Harris podría romper barreras de género y raza al ser la primera mujer, afroamericana y de ascendencia asiática en alcanzar la presidencia.
Kamala Harris nació en Oakland, California, en 1964, en una familia de ascendencia multicultural. Su madre, Shyamala Gopalan Harris, una investigadora de cáncer y activista de los derechos civiles nacida en India, fue una figura central en su vida. Tras el divorcio de sus padres cuando Harris tenía solo cinco años, su madre asumió la responsabilidad total de la crianza de Kamala y su hermana menor, Maya. Harris ha relatado que su madre fue fundamental en enseñarles a abrazar su identidad negra, a pesar de los desafíos que enfrentaron.
Harris estudió en la Universidad Howard, una de las principales universidades históricamente afroestadounidenses, donde se comprometió con causas políticas importantes, como la lucha contra el apartheid en Sudáfrica y las desigualdades raciales en los Estados Unidos. Tras obtener su título en Derecho de la Universidad de California, Harris comenzó su carrera en la Fiscalía del Condado de Alameda, en Oakland. En 2003, fue nombrada fiscal del distrito de San Francisco, y en 2010 hizo historia al convertirse en la primera mujer y persona de ascendencia afroamericana en ser fiscal general de California.
En 2016, Harris fue elegida senadora por California, donde se destacó por su defensa de los derechos de los inmigrantes y por sus críticas a las políticas del entonces presidente electo Donald Trump. A pesar de haber intentado lanzarse a la presidencia en 2020, Harris abandonó la carrera en una etapa temprana, pero rápidamente fue seleccionada por Joe Biden como su compañera de fórmula, un movimiento que consolidó su ascenso en la política estadounidense.
Al asumir la vicepresidencia en enero de 2021, Kamala Harris hizo historia al convertirse en la primera mujer en ocupar ese cargo, así como la primera persona afroamericana y de ascendencia asiática. Además de su rol como vicepresidenta, Harris asumió la presidencia del Senado, un puesto que le otorgó el derecho a voto decisivo en situaciones de empate. A lo largo de su mandato, Harris utilizó este poder de manera significativa, estableciendo un récord con 32 votos en situaciones de empate, un logro sin precedentes para un vicepresidente.
A pesar de algunos desafíos políticos, Harris ganó popularidad, especialmente tras sus esfuerzos por defender los derechos reproductivos luego de la anulación de Roe v. Wade por el Tribunal Supremo. Sin embargo, su desempeño en el gobierno no estuvo exento de críticas. El presidente Biden le encargó la difícil tarea de abordar las causas fundamentales de la inmigración en la frontera sur de Estados Unidos, un reto que, según muchos observadores, no logró resolver satisfactoriamente. Estos desafíos fueron utilizados en su contra por los republicanos, lo que afectó sus índices de aprobación.
Con la retirada de Biden de la reelección, Harris se posicionó como la principal opción para los demócratas, aunque su camino hacia la presidencia no estuvo exento de obstáculos. A lo largo de su carrera, Harris había luchado por consolidar su apoyo entre diversos sectores del electorado. Las encuestas de 2024 sugirieron que, si bien muchos demócratas preferían a Biden, Harris podría tener una oportunidad de ganar a Trump, incluso en circunstancias difíciles.
A pesar de ser respaldada por figuras clave del Partido Demócrata, como los congresistas Tim Ryan y Adam Schiff, Harris enfrentó desafíos en su campaña, especialmente entre los votantes clave que apoyaron a Biden en 2020. Perdió apoyo significativo entre votantes latinos, negros y jóvenes, lo que puso en duda la efectividad de su campaña.
Uno de los principales errores estratégicos de Harris fue centrar demasiado la atención en atacar a Trump, lo que, según algunos analistas, desvió el foco de la campaña de sus propias ideas y propuestas políticas. Al final, el amplio rechazo de los votantes hacia el Partido Demócrata reflejó una insatisfacción general con el liderazgo, más allá de las figuras individuales, como Biden o Harris.
A pesar de las dificultades, la figura de Kamala Harris sigue siendo un símbolo de la lucha por la igualdad de género, la justicia racial y los derechos civiles en Estados Unidos. Su trayectoria, que comenzó en las calles de Oakland y la fiscalía de California, hasta la Casa Blanca, continúa siendo un referente de superación y ambición política. Con su candidatura a la presidencia, Harris se enfrenta a un desafío monumental, pero está determinada a llevar a cabo la misión que Biden comenzó: derrotar a Donald Trump y liderar un cambio en la política estadounidense, poniendo fin a lo que ella considera la amenaza que Trump representa para la democracia.
El camino hacia la presidencia de Kamala Harris fue largo y lleno de obstáculos, pero su historia y legado, ya marcados por hitos históricos, continúan inspirando a millones de estadounidenses.