José Raúl Mulino asume la presidencia de Panamá con desafíos económicos y migratorios

 

Panamá

El derechista José Raúl Mulino asume la presidencia de Panamá este lunes, con el compromiso de frenar el flujo de migrantes a través de la peligrosa selva del Darién y revitalizar la economía panameña, fuertemente dependiente del canal interoceánico.

Mulino llega al poder respaldado por la popularidad del exmandatario Ricardo Martinelli, a quien reemplazó como candidato en las elecciones del 5 de mayo, debido al asilo de Martinelli en la embajada de Nicaragua tras una condena por blanqueo de capitales.

Rebecca Bill Chávez, presidenta del centro de análisis Diálogo Interamericano, señaló que "distanciarse" de Martinelli, sancionado por Estados Unidos por "corrupción", y su propuesta de cerrar el paso por el Darién podrían mejorar las relaciones de Mulino con Washington.

"A los panameños nos interesa que mejore la economía y haya trabajo", expresó Anthony Buenaventura, estudiante de logística de 25 años.

En la víspera de su investidura, Mulino se reunió con el secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, con quien firmará un convenio para repatriar migrantes que atraviesen la selva del Darién, fronteriza con Colombia.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, quien asistirá a la toma de posesión, discutió la crisis migratoria con Mulino, según un informe oficial.

Este año, más de 200,000 personas, en su mayoría venezolanos, han cruzado el Darién, enfrentándose a bandas criminales que secuestran, roban y violan a los migrantes. Muchos mueren en esta inhóspita jungla.

Un acuerdo migratorio con Panamá es favorable en un año electoral en Estados Unidos, pero la frontera "es muy porosa" y las repatriaciones requieren una colaboración multilateral, según la politóloga Sabrina Bacal.

Mostrando la relevancia del tema migratorio, Mulino visitó la provincia de Darién, a 250 km de la capital, a tres días de su investidura. Esta crisis "se ha desbordado", afirmó en un centro de migrantes.

Mulino sucede a Laurentino Cortizo del Partido Revolucionario Democrático (PRD), heredando un país con un déficit fiscal del 7.4%, una deuda pública de 50,000 millones y un sistema de seguridad social colapsado.

Tras su victoria electoral, Mulino adelantó que tomará decisiones "sin temor" para recuperar la bonanza económica del gobierno de Martinelli (2009-2014).

Deberá buscar urgentemente un proyecto para asegurar el suministro de agua en el canal de Panamá, crucial para la economía (6% del PIB), que ha reducido el tránsito de buques debido a la sequía provocada por el cambio climático.

"La falta de acceso al agua para el canal es quizás la amenaza más peligrosa para la economía panameña", afirmó Luis Botello, presidente de la Fundación Medios para la Democracia de Estados Unidos.

El futuro de Martinelli y su papel en el gobierno de Mulino es incierto. "Mulino ha insinuado su interés en desarrollar una identidad política propia, independiente" de Martinelli, opinó Chávez.

"La situación del señor Martinelli no pasa por mí como presidente", declaró Mulino recientemente, ante preguntas sobre un posible salvoconducto o indulto para Martinelli.

Este lunes, Martinelli fue visitado por el canciller nicaragüense Denis Moncada en su refugio en la embajada, según una foto en Instagram donde aparecen estrechándose las manos.

Mulino gobernará con un Congreso de 71 escaños, donde los independientes son la primera fuerza, pero su partido, Realizando Metas (RM), fundado por Martinelli, controla la junta directiva y podría dominar el parlamento en alianza con partidos tradicionales.

A la investidura de Mulino también asistirán el rey de España, Felipe VI, y los presidentes Rodrigo Chaves (Costa Rica), Xiomara Castro (Honduras) y Luis Abinader (República Dominicana), entre otros dignatarios.

Fuente: El Economista

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