Estados Unidos
El presidente Joe Biden reiteró este lunes su llamado a reformar el Tribunal Supremo de Estados Unidos, proponiendo una enmienda constitucional que, según él, es necesaria para frenar el uso del tribunal en la promoción de agendas políticas extremas y sin supervisión.
En un discurso en la biblioteca presidencial de Lyndon B. Johnson en Austin, Texas, Biden subrayó su compromiso con los derechos civiles, muy vinculados a la presidencia de LBJ, y presentó su propuesta para reformar la Corte Suprema, que detalló en una columna publicada en The Washington Post.
Biden propone tres reformas clave: añadir una enmienda constitucional que elimine la inmunidad de los expresidentes por crímenes cometidos durante su mandato, abolir el cargo vitalicio de los jueces y establecer un código ético vinculante para la Corte.
“Es crucial implementar estas reformas para restaurar la confianza en el Tribunal Supremo”, afirmó Biden durante un evento en conmemoración de la Ley de Derechos de Voto de 1965, que prohibió prácticas electorales discriminatorias en el país.
El presidente destacó que el tribunal, compuesto por nueve jueces, ha emitido varias sentencias recientes que, a su juicio, han “socavado derechos y protecciones ciudadanos establecidos desde hace tiempo”. Entre las decisiones mencionadas se encuentran el fallo de junio de 2022 que eliminó la protección federal del aborto y la decisión de 2023 que afectó los programas de acción afirmativa en universidades.
Biden también criticó la reciente decisión del Supremo, con mayoría conservadora, que otorgó inmunidad parcial al expresidente Trump por actos realizados durante su presidencia. “Estas decisiones van en contra de las expectativas que tenemos de quienes ejercen el poder en nuestra nación”, enfatizó.
Para que estas reformas se lleven a cabo, es necesario el apoyo del Congreso, y la oposición republicana, que controla la Cámara Baja, ha rechazado categóricamente las propuestas del presidente. Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, declaró que la iniciativa de Biden está “muerta” y la calificó de “radical”.
La vicepresidenta Kamala Harris, quien también es precandidata presidencial demócrata, respaldó la propuesta de Biden, argumentando que el Supremo enfrenta una “crisis de confianza” respecto a su imparcialidad. Los demócratas han expresado su descontento con varias decisiones del tribunal, que cuenta con tres jueces nominados por Trump.
Fuente: El Comercio