COLUMNA
Por: César Augusto Hernández
Seguramente, han escuchado frases
como: “les dieron espejitos por oro”, “que no te vendan espejuelos por oro” o
“españoles vende humo, que engañaban cambiando espejos por piezas de oro y piedras
preciosas”, pero, ¿realmente fue así o a lo largo de la historia hemos en
América asignado este rol de fraudulentos a los conquistadores de los 1500´s y
de ingenuidad de los nativos mesoamericanos?
La Comunicación Política (ComPol) ha
tomado mucha importancia, relevancia y fuerza en las últimas décadas; sin
embargo, ella no es nueva en absoluto y el blog de la Universidad
Iberoamericana (IBERO) lo sabe, ya que en su entrada denominada: Comunicación
política: ¿qué es y qué la hace tan valiosa?, sostiene que la ComPol “ha sido una disciplina de estudio desde que
tenemos conocimiento de las civilizaciones…”; asimismo, señala que sin
comunicación no puede existir la política o gobierno, esto debido a que “Establecer
procesos de comunicación es un factor en común que tienen todos los regímenes
políticos …”.
Por su parte, en el artículo
“Comunicación política: Qué es, importancia y herramientas”, publicado por
QuestionPro, Marytere Narváez define a la comunicación política como: “… la
creación de narrativas significativas en la sociedad que funcionan para
informar, persuadir y llamar a los ciudadanos a la acción”, por otra parte, Narváez
sostiene que “Las técnicas y estrategias de la comunicación política permiten
crear, dar forma y distribuir mensajes que puedan influir… tanto a los líderes
políticos como a los responsables de las relaciones…”.
Ahora bien, la historia de La
Conquista comienza años antes de esta, allá en el ahora lejano 12 de octubre de
1492 y la llegada de Cristóbal Colón al “nuevo mundo”, de hecho, comienza con
la intención de los Reyes católicos de descubrir nuevas rutas comerciales; sin
embargo, históricamente y para efectos del espacio que Sufragio me permite
escribir, diremos que La Conquista arranca un 21 ó 22 de abril de 1519, cuando
desembarca la expedición comandada por Hernán Cortés en “Chalchiuce –cuecan”,
que era un Islote frente al ahora fuerte de San Juan de Ulúa en el bello,
mágico y paradisiaco Puerto de Veracruz –sí, yo nací en el estado de Veracruz-.
Es en ese momento y espacio, en donde
se conjugan algunos aspectos para las culturas mesoamericanas, se daba el
retorno de “hombres blancos y barbados” que sus “Dioses” dijeron llegarían
nuevamente para un comienzo y cambio, también, se dio la entrada de “naves” o
embarcaciones no vistas previamente o con cotidianidad, así como “vestiduras” o
armaduras brillantes que reflejaban los rayos de sol, no digamos armas de fuego
–a base de pólvora- y espejos con los que viajaban los expedicionarios.
Espejitos por oro, el trueque o cambio
no era malo. No es que en Mesoamérica no existieran los espejos –no los hechos
a base una delgada capa de plata o aluminio depositado sobre una plancha de
vidrio-, los había y muy preciosos, algunos de obsidiana que tenían un
significado más allá de reflejante de divinidad, tanto, que personajes honrados
y adorados por las culturas de este lado del mundo como Tezcatlipoca –divinidad
que tenía la habilidad de conocer los pensamientos y los sentimientos, además
de ser omnipresente- contaban con espejos de obsidiana en su representación que
le otorgaba poderes.
Pero, si tenían espejos y piedras
preciosas que brillaban más que las estrellas por la noche, ¿Qué les motivaba a
cambiarlos por vidrio reflejante?, algunos historiadores han creado la
narrativa de ingenuidad utilizada por los europeos para “robar” y “saquear”
riquezas; sin embargo, ¿podría ser otra la realidad?, podría ser que la riqueza
de las culturas mesoamericanas no eran valoradas por ellos al ser algo que usaban
y tenían a la manos siempre y preferían esa nueva experiencia, que se ligaba a
leyendas sagradas y el simple hecho de recibir algo de manos de los personajes
que habían sido avisados que “vendrían o llegarían de nuevo” era suficiente
para “cambiarlo por su reino”.
Imposible negar que para los europeos
el oro y piedras preciosas tenían otro valor, que por sus escases en eran más
apreciados –ley de oferta y demanda desde siempre-, pero más allá del
intercambio de piezas y cultural tan complejo entre “dos mundos”, se observa
una innegable comunicación política que ha sido trasladada por el paso de los
años, esa que genera narrativas que justifican el accionar del gobernado y
gobernante, del conquistador y conquistado, del colonizador y el que vivió ahí
y fue desterrado o eliminado.
El despojo de derechos, es y sigue
siendo una constante en América Latina y el mundo, las estrategias basadas en
el engaño o verdades a medias sobre la naturaleza de proyectos, propuestas y
sus implicaciones –por no decir repercusiones-, las tácticas que buscan
convencer o posicionar una idea o narrativa sea o no real para obtener la
voluntad –“votum” de latín, en plural, vota, en la religión de la Antigua Roma, era una promesa o voto hecha a una deidad para conseguir su favor o gracia- son parte de cada una
de las campañas políticas, ya sea para pequeñas y medianas audiencias o para
gobernar un país, es más, suceden en campañas para elegir un representante
sindical, un jefe de grupo en la prepa o para designar quien representará “la
flor más bella del ejido”.
La comunicación
política, esa, la efectiva y no la de los “vende humos”, es realmente poderosa para
lograr colocar narrativas y posicionamiento de personajes, por ello, debe ser
tomada en cuenta como una herramienta en buenas manos y un arma de peligro en
otras sin escrúpulos. Hablaremos de los “vende humos” en otra entrega de esta columna,
porque ellos/ellas también dañan con sus acciones el mercado y la política,
pero por hoy, cerremos reflexionando si la comunicación política que estamos
generando y consumiendo es correcta, si realmente “todo vale” al momento de
vender una idea o proyecto, si la ComPol está para ganar y pasar sobre lo que
sea, siempre y cuando gane o mis intereses prevalezcan o si vale la pena
entender que siempre hay un lado A y B de la historia, que el disco de vinilo
tenía dos caras, al igual que el casete o la moneda.
¡Nos leemos, vemos y
seguimos por redes sociales!
Fuentes
y consulta bibliográfica
Administrador
Blog Posgrados IBERO, Julio 2020, Comunicación política: ¿qué es y qué la hace
tan valiosa?, consultable en: https://blog.posgrados.ibero.mx/comunicacion-politica/
Narváez
Marytere, 2023, Comunicación política: Qué es, importancia y herramientas,
consultable en: https://www.questionpro.com/blog/es/comunicacion-politica/
Yásnaya
Elena A. Gil,
Espejitos por oro: las paradojas de la inclusión en GATOPARDO consultable en: https://gatopardo.com/opinion/yasnaya-gil-espejitos-por-oro-el-abuso-y-el-racismo-en-mexico/