El derecho a ser nombradas: a propósito de la reforma electoral en México | Edurne Ochoa

 


Columna

Por Edurne Ochoa.

Las mujeres hemos tenido que conquistar absolutamente todos nuestros derechos, desde tener un nombre y no ser reducidas a un cognomen “apellido” en la Roma Antigua, hasta ser nombradas el día de hoy con nuestro nombre y apellido sin ser las mujeres, esposas, amantes - DE.

El derecho a la identidad como mujeres, ha cruzado largas batallas por el reconocimiento pleno de nuestra ciudadanía, la cual la obtuvimos en México hasta 1953, a pesar de los grandes movimientos post revolucionarios, y nuestra activa participación en la vida pública y política que suponía un avance a favor de los derechos de todas nosotras. 1948 marcó un momento histórico por la Declaración  Universal de los Derechos Humanos, sin embargo, ahí  también tuvimos que alzar la voz, para ser reconocidas como personas “mujeres” sujetas de estas prerrogativas.

Pero cómo podemos exigir lo que no conocemos?

Y esto sale a cuento por la reciente propuesta de #ReformaElectoral que se lleva discutiendo hace varias semanas en México, donde hemos visto en RR.SS la defensa del INE “Instituto Nacional Electoral” el cual de acuerdo a la reforma sufrirá cambios que pueden poner el riesgo los procesos de nuestra incipiente Democracia.

Con el #YoDefiendoAlINE se han enlistado un sin fin de narrativas a favor y en contra de reformar este Instituto ciudadano que costó años poder implementar. Que es perfectible, por supuesto. Que hay sesgos en la comunicación por parte de la oposición, claro que sí.

Pero esto, finalmente no es novedad, el poder está en juego y desafortunadamente en un país donde 4 de cada 10 personas lee (INEGI), los procesos de desinformación, debate y reflexión se ven manipulados con mucha facilidad.

La pregunta es: Las mujeres estamos informadas e inmersas en este debate sobre la reforma electoral?

Desafortunadamente, no.

Realicé un ejercicio simbólico pero revelador de más de 1,000 cuestionarios (Google Forms, Whatsapp, Twitter) que obedecían a 3 sencillas preguntas. Cómo se ve afectada la democracia, la paridad y los derechos políticos y electorales de las mujeres con esta reforma electoral.

Más del 70% reconoce no conocer sobre el tema, o muy poco. Quienes conocen del tema, 20% lo conoce por los medios de comunicación y RR.SS.  y 10% ha leído la reforma o ha estado conectada a las sesiones del Congreso de la Unión.

No olvidemos que de acuerdo a Juan Jacobo Rousseau “siempre madres, esposas e hijas, pero nunca ciudadanas” este mal llamado padre de la revolución francesa y de los derechos del hombre y el ciudadano, nos veía en el Siglo XVII como una especie destinada a cocinar, cuidar y servir al hombre.

Pero gracias a Olympe de Gouges que en 1791 interpeló a Rousseau, con el manifiesto de “los derechos de las mujeres y la ciudadana” se abrió una fisura en el patriarcado para comenzar a vernos como sujetas de derechos, ciudadanas y humanas. Al tiempo que Mary Wollstonecraft en Inglaterra escribía la “la vindicación de las mujeres” en 1792.

Tuvieron que pasar 161 años para que las mexicanas sufragistas vieran su lucha materializada. En 1953 se lograron promulgar las reformas constitucionales para que las mujeres gozaran de la ciudadanía plena y pudiéramos ir a elecciones federales por primera vez en 1955.

67 años después de conquistas como el sufragio de las mujeres, la tipificación de la violencia política contra las mujeres en razón de género, la paridad constitucional, la regulación de la propaganda adelantada que genera desproporcionalidad en la contienda para mujeres, el padrón de violentadores en temas políticos, etc. Vemos con profunda preocupación, que las mujeres seguimos sin ser nombradas por los partidos políticos, los líderes de opinión, o quienes se encuentran debatiendo el poder en los espacios digitales.

Sí, defendamos al INE.

Sí, el INE tiene que fortalecerse y los OPLES deben tener autonomía.

No, no toda la discusión está enfocada a los derechos de las mujeres, están más bien jaloneandose sus privilegios.

No, no todas las mujeres conocen esta reforma y cómo las afecta.

Me parece fundamental politizar al 51.2% de la población, esas mujeres que aún sobreviven y no viven, aquellas que odian la política, pero que las decisiones políticas afectan su cotidianidad.

Hoy que el debate sigue en el Senado, sabemos que la paridad no se tocará en las elecciones, pero se corre el riesgo de debilitar los instrumentos jurídicos, y si hay retroceso en temas de paridad al interior del INE en donde hay muchas mujeres madres autónomas que trabajan y su espacio está en riesgo.

También sabemos que quieren permitir que los sujetos que están en el padrón de violencia política contra las mujeres en razón de género, puedan contender en la siguiente elección, contraviniendo lo conquistado en esta materia. Pero al mismo tiempo hay aportaciones en materia de propaganda electoral y política donde se sancionará a candidatos y candidatas y partidos que ejerzan VPDG a través de juicios electorales.

Lo positivo hasta el momento, la promoción intercultural, con el pleno reconocimiento de nuestra pluriculturalidad sustentada en comunidades indígenas y afroamericanas, contenido que deberá promover la convivencia, respeto y reconocimiento de sus diferencias y derechos en un marco de inclusión. Las mujeres debemos tener democracias representativas en donde la inclusión sea un principio de progresividad para nuestra incursión en la vida política.

Todo mensaje discriminatorio, estigmatizante, sexista o contrario a los valores, principios y derechos humanos serán observados. Así como todo lo que incite al odio, y violencia de forma directa o indirecta. Este punto lo hemos señalado como parte importante en toda campaña de comunicación política, la cual forma parte de los espacios de dominación y despolitización que vivimos las mujeres.

La falta de regulación de la vida interna de los partidos políticos sigue siendo un gran pendiente, ante la violencia que se media al interior, así como la falta de transparencia de los recursos ejercidos a favor del fortalecimiento de los liderazgos políticos para mujeres. Los cuales desafortunadamente no están aplicados con perspectiva de género, y muchas veces se dan a discrecionalidad a empresas de amigos y no a quienes tienen experiencia en la materia.

El debate continúa y veremos cuánto interés existe en esta reforma electoral para el fortalecimiento de los derechos políticos y electorales de las mujeres, así como para una democracia paritaria, representativa y libre de violencia.

Sin Mujeres no hay democracia.

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Bestiario Político No. 72