IPN impulsa innovación energética con método para producir hidrógeno en yacimientos petroleros maduros


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Un equipo de investigación del Instituto Politécnico Nacional (IPN), liderado por el ingeniero petroquímico Jorge Ancheyta Juárez, ha desarrollado un método innovador para producir hidrógeno directamente en yacimientos petroleros maduros, es decir, aquellos con producción en declive o próximos al agotamiento. Esta tecnología representa una oportunidad estratégica para avanzar en la transición energética y posicionar a México en la vanguardia de combustibles limpios.

El método, denominado hidrógeno azul claro, integra procesos catalíticos con técnicas convencionales de extracción petrolera para generar hidrógeno in situ, aprovechando la infraestructura existente de los yacimientos. Esta propuesta ofrece una alternativa eficiente y económica frente a los altos costos y limitaciones de otras tecnologías de hidrógeno, como la electrólisis y la gasificación tradicional.

Los detalles técnicos fueron difundidos en la revista científica Processes, de acceso abierto, editada por el Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI). El estudio destaca el papel del hidrógeno como vector energético clave en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y su potencial para descarbonizar sectores críticos, incluida la aviación.

Según la Agencia Internacional de Energía, la inversión global en proyectos de hidrógeno y combustibles derivados alcanzará 27 mil millones de dólares entre 2022 y 2035, reflejando el posicionamiento estratégico del hidrógeno en la agenda energética mundial. Actualmente, el 98% del hidrógeno producido proviene de combustibles fósiles, lo que genera retos ambientales y operativos que la nueva tecnología del IPN busca superar.

El método desarrollado por Ancheyta y su equipo se basa en un proceso de gasificación catalítica adaptado al entorno subterráneo del yacimiento. Consiste en inyectar vapor de agua a alta temperatura junto con oxígeno para inducir una combustión controlada del petróleo pesado remanente, seguido de la aplicación de catalizadores que favorecen la producción selectiva de hidrógeno. Una membrana instalada en el pozo productor separa el hidrógeno puro, mientras que el dióxido de carbono resultante se mantiene confinado bajo tierra, eliminando emisiones atmosféricas.

Este proceso da una segunda vida útil a los yacimientos maduros, que representan alrededor del 65% de los campos petroleros en México, y reduce significativamente los costos operativos al utilizar la infraestructura ya establecida, a diferencia del hidrógeno verde o azul tradicional que requieren plantas y equipamiento adicionales.

El término “hidrógeno azul claro” hace referencia a su origen fósil con captura de carbono (como el hidrógeno azul), pero con la particularidad de que la producción se realiza dentro del yacimiento, similar al hidrógeno blanco, que es el hidrógeno natural. Esto genera una eficiencia ambiental y operativa única.

Jorge Ancheyta, galardonado con el Premio Nacional de Ciencias 2020 en Tecnología, Innovación y Diseño, enfatiza que el proyecto se encuentra en fase académica y que para avanzar hacia su desarrollo comercial es necesario asegurar financiamiento. Se estima que la investigación concluirá en dos años para luego probar la tecnología en un pozo piloto.

Este avance posiciona al IPN como pionero en la producción directa de hidrógeno en yacimientos petroleros maduros, con un potencial significativo para contribuir a la descarbonización y fortalecer la estrategia energética nacional.

Fuente: Jornada

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