“La falla”: documental que revela los retos de la infancia y la docencia en zonas rurales de México


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El documental La falla, dirigido por la cineasta y docente Alana Simões, entra en su tercera semana de exhibición en la Cineteca Nacional y en salas de 20 estados del país. Esta obra documental ha despertado una profunda resonancia entre el público al explorar, desde una mirada sensible e introspectiva, el universo de la infancia, el papel de las maestras rurales y las complejidades sociales que se filtran en la cotidianidad escolar.

Ambientado en una escuela primaria rural mexicana, La falla sigue la historia de un grupo de estudiantes de primer grado y su vínculo con la maestra Celeste, en el que será su último año al frente del aula. Más allá del seguimiento narrativo, el filme plantea una interrogante crucial: ¿cómo influyen las historias que contamos en la manera en que las infancias construyen su visión del mundo?

“Esta película nace de una inquietud personal, de reconocer mi vocación docente y mi conexión con las infancias. Regresar a México después de años me hizo reflexionar sobre la dificultad de narrar la realidad a los niños”, compartió Simões en entrevista. La directora destaca que el documental fue también una oportunidad de contacto íntimo con niñas y niños, lejos de los relatos grandilocuentes a los que suelen apuntar los medios.

Durante el proceso de realización, Simões se integró al aula de una joven normalista —la maestra Celeste— en una etapa de prácticas. “Sentí que México entraba por la ventana del salón de clases. Es un microcosmos donde todo se revela y los niños absorben cada fragmento del entorno. Ahí es donde se manifiestan los problemas estructurales de manera brutal y sincera”, explicó.

Lejos de contar con una hipótesis preconcebida, la cineasta se acercó al proyecto desde la observación, acompañando los procesos pedagógicos y familiares de los estudiantes. Junto con Celeste, analizó contenidos curriculares de segundo grado y seleccionó aquellos temas que pudieran detonar reflexiones significativas sobre la realidad social de los menores. Las historias detrás de cada alumno —la migración, las rupturas familiares, la violencia— construyen el andamiaje emocional del documental.

La falla también pone sobre la mesa la responsabilidad emocional que enfrentan los docentes. “Los maestros hoy no solo educan, también acompañan procesos profundamente complejos. No basta con enseñar, se requiere apoyo psicológico y programas que consideren la dimensión emocional del profesorado”, señala Simões, quien subraya que los profesores muchas veces cargan a solas con las realidades duras que viven sus estudiantes.

Uno de los aspectos más contundentes de la película es su llamado a hablar con las infancias de temas incómodos, pero necesarios. “Vivimos en un país donde el abuso sexual infantil, muchas veces perpetrado dentro del núcleo familiar, sigue siendo un tabú. Celeste, con valentía, abordaba estos temas en clase, dándoles herramientas a los niños para defenderse. Eso me marcó profundamente”, puntualiza la directora.

Desde su estreno en el Festival Internacional de Cine de Morelia, el filme ha generado una respuesta emocional intensa en las audiencias. Según Simões, la película ha despertado memorias personales en muchos espectadores, conectando con la nostalgia de la infancia, los aromas del aula, los pupitres, las etiquetas escolares.

La falla continúa en cartelera en la Cineteca Nacional, en circuitos alternativos, cineclubes y en complejos Cinépolis de Jalisco, consolidándose como una obra imprescindible para comprender los desafíos de la educación pública en contextos vulnerables. Un testimonio que interpela, emociona y abre un espacio urgente de reflexión.

Fuente: La Jornada

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