La ultraderecha sigue avanzando en Europa, esta vez con una victoria contundente en Austria. El Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), liderado por Herbert Kickl, se convirtió en la fuerza más votada en las elecciones generales recientes, tras captar el apoyo de votantes indecisos y un creciente respaldo femenino, apelando al temor de los ciudadanos.
Aunque el FPÖ ha logrado un hito importante al convertirse en el partido más votado, su victoria es agridulce. A pesar de haber aumentado su apoyo en un 13% respecto a las elecciones anteriores, no lograron superar la barrera del 30%, lo que limita sus posibilidades de formar gobierno. Las expectativas eran altas debido a la debilidad de la coalición gobernante entre el Partido Popular (ÖVP) y los Verdes, así como las divisiones internas en el Partido Socialdemócrata (SPÖ), liderado por Andreas Babler.
La economía austríaca ha atravesado momentos difíciles, con una recesión en 2023, una inflación del 7.7%, y salarios reales en descenso, lo que facilitó que el FPÖ canalizara el descontento. Además, la guerra en Ucrania y el papel de Austria como país neutral han generado tensiones adicionales, alimentando el discurso populista de Kickl, que critica el apoyo europeo a Ucrania y las sanciones contra Rusia.
A pesar de estas condiciones favorables, el FPÖ enfrenta un gran obstáculo: su radicalismo dificulta la posibilidad de alianzas con otros partidos. Oliver Grimm, corresponsal del diario Die Presse, afirmó que la ultraderecha se ha radicalizado hasta el punto de aislarse políticamente, complicando la formación de un gobierno viable.
El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, será quien lidere las conversaciones para formar una nueva coalición, ya que ningún partido alcanzó la mayoría absoluta. Aunque el FPÖ ya ha participado en coaliciones en el pasado, sería inédito que llegara a ocupar el cargo de canciller. Sin embargo, los demás partidos han rechazado la posibilidad de colaborar con un partido cuyos discursos incluyen retórica xenófoba y pro-Rusia.
Este resultado refleja una tendencia más amplia en Europa. Partidos de extrema derecha han logrado victorias recientes en países como Holanda, Francia y Alemania, aprovechando un clima de miedo y desconfianza en los partidos tradicionales. Kathrin Stainer-Hämmerle, politóloga de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Carintia, destacó que el FPÖ logró movilizar a los votantes indecisos con promesas sobre migración y la economía, incluso con propuestas poco realistas como la reducción de precios del gas a través de acuerdos con Rusia.
Para contrarrestar el avance de la ultraderecha, los expertos sugieren que una gran coalición entre los principales partidos podría ser la solución, aunque también reconocen el riesgo de que alianzas pasadas han fortalecido aún más al FPÖ. "Si los partidos no actúan con decisión en asuntos clave como pensiones, educación e integración, la ultraderecha seguirá ganando terreno", advierte Stainer-Hämmerle.
La victoria del FPÖ en Austria ha encendido alarmas en la Unión Europea, que podría tomar medidas si se instala un gobierno similar al de Viktor Orbán en Hungría.
Fuente: El Universal