Perspectivas internacionales. Comparaciones democráticas entre América Latina y otras regiones

 

Por: Javier Cabrera

Hablar de democracia es adentrarse en un universo complejo y cambiante. Desde sus raíces en Atenas, surgió con fortaleza. Con el correr de los tiempos, al examinar la historia y desentrañar la fragilidad de algunos líderes y la debilidad de sus principios, nos enfrentamos con su gran vulnerabilidad, que implica desafíos para todos. Desafíos que invitan a cada país a redefinir y fortalecer su compromiso con la democracia, con un camino que se vislumbra arduo. 

América Latina, con retos variopintos.

Tras las dictaduras militares, la región experimentó una ola de democratización. Sin embargo, estos avances se han visto constantemente amenazados por la corrupción, la desigualdad económica y la fragilidad institucional. Hoy, el péndulo político que oscilaba entre oposición y gobierno apunta hacia una tercera alternativa, premiando a aquellos individuos que desafían los moldes tradicionales y conectan con el ciudadano común, independientemente de su afiliación ideológica. Ejemplos recientes como Novoa en Ecuador y Milei en Argentina, confirman esta tendencia. 

La crisis de los liderazgos tradicionales, la erosión de la confianza ciudadana, el debilitamiento de los partidos políticos tradicionales, el surgimiento de corrientes políticas basadas más en el caudillismo que en la doctrina, y la expectativa de una generación moderna que demanda respuestas distintas del Estado, han impulsado el surgimiento de esas nuevas figuras. Son actores disruptivos que han logrado ganar terreno, generando un cambio de rumbo inédito en la política y en nuestras democracias

Vale la pena recordar a Guillermo O'Donnell (1994), cuando asegura que las democracias en América Latina suelen ser "delegativas", lo que implica una concentración de poder en el ejecutivo que puede propiciar el surgimiento de populismo y autoritarismo, genera una alerta importante para revisar. Podría incluso justificar el surgimiento de casos como Venezuela, que transitó de una democracia a un régimen autoritario con Hugo Chávez y ahora peligrosamente dictatorial con Nicolás Maduro, y Brasil, donde el populismo ha generado divisiones en la sociedad. O casos como el Salvador, con un Nayib Bukele elegido democráticamente, y que aún con el éxito de su gobierno, ha mostrado ya tendencias autoritarias; sus reformas constitucionales y la centralización del poder surgen como preocupaciones latentes. O casos como Colombia, con la elección de Gustavo Petro, que ahora busca caminos para adelantar reformas al margen de la institucionalidad, y que enfrenta al desafío de preservar sus instituciones democráticas en un contexto de paz frágil.

El reto. Proteger los valores que sustentan la convivencia democrática de esas tendencias populistas y autoritarias, buscando el equilibrio razonable con los nuevos valores y principios que han surgido entre las nuevas generaciones de electores en las últimas décadas, que dé garantías a la ciudadanía y al futuro de estas democracias. 

Asia refleja su complejidad.

Desde las democracias consolidadas de Japón y Corea del Sur hasta las de transición como India, pasando por China, que con un modelo autoritario mantiene un notable crecimiento económico, y cuestiona el argumento de Bell (2015), según el cual la democracia es un destino inevitable en la era moderna. 

Acertadamente Amartya Sen (1999) asegura que la democracia en Asia debe entenderse a la luz de su contexto cultural e histórico, subrayando que su capacidad para resistir presiones autoritarias depende de su evolución y adaptación a las necesidades de sus poblaciones

Norteamérica, bastión de la democracia liberal. 

Canadá, aunque estable tiene desafíos como la reconciliación con los pueblos indígenas y la gestión de la inmigración y Estados Unidos que evaluará las fortalezas de su democracia en las elecciones de noviembre. Con tradición de gran participación electoral, un sistema electoral complejo; mecanismo vital para la expresión popular, y gracias a que la independencia judicial y los medios de comunicación, continúan desempeñando roles como contrapesos que aseguran que el poder no se concentre ni se abuse de él, deberá mostrar que la polarización política, en medio de la proliferación de desinformación actual y teorías conspirativas, no constituye una debilidad que ponga en riesgo su estabilidad.

Europa, tradicionalmente estable. 

El politólogo Robert Dahl (1998) argumenta que la estabilidad de las democracias consolidadas, como las de Europa occidental, se debe en gran parte a la madurez de sus instituciones y a un sistema de pesos y contrapesos bien establecido. No obstante, lo anterior el continente enfrenta desafíos. La crisis económica de 2008, el auge de populismos de derecha e izquierda y la crisis migratoria han puesto a prueba su resiliencia. Autores como Jan-Werner Müller (2016) advierten sobre el peligro del populismo en Europa, el cual, también busca socavar las instituciones democráticas desde dentro.

En conclusión, y al mirar le contexto general, nos encontramos con que la democracia sigue siendo el modelo de gobierno por excelencia, pero su sostenibilidad está en riesgo y su futuro es incierto. Es necesario, enfocarse en dos caminos que deben recorrerse armónicamente. Uno, que implica adaptar las acciones democráticas actuales entendiendo a la visión de la juventud actual. No en vano surgen conceptos como la ‘Nueva Derecha, y la Nueva Izquierda’. Entenderlos, valorarlos y aplicarlos, será necesario para que las democracias futuras comprendan el pensamiento global de estas nuevas generaciones, evitando que las interpretaciones populistas o autoritarias, manipulen el sentimiento de un electorado aburrido por la falta de conexión de sus gobernantes. 

Y de otra parte se hará necesario fortalecer la capacidad de nuestros líderes para recuperar la confianza, innovar, adaptarse y preservar los principales valores democráticos. 

Entender estos dos compromisos será crucial para la supervivencia de la democracia en este siglo.

Bell, D. A. (2015). The China Model: Political Meritocracy and the Limits of Democracy. Princeton University Press.

Dahl, R. A. (1998). On Democracy. Yale University Press. 

Levitsky, S., & Ziblatt, D. (2018). How Democracies Die. Crown.

Müller, J.-W. (2016). What is Populism?. University of Pennsylvania Press.

O'Donnell, G. (1994). Delegative democracy. Journal of Democracy, 5(1), 55-69.

Sen, A. (1999). Development as Freedom. Knopf.


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