Por: Janeth Arenas
La innovación desempeña un papel crucial en la evolución de la política, las redes sociales están transformando la manera en que las decisiones se toman y sobre todo como se comunican al exterior. Estas innovaciones no solo mejoran la eficiencia, sino que también atraen a una nueva generación de votantes que demanda formas más accesibles y participativas de involucrarse.
Desde la representación equitativa hasta la transparencia en la gestión, existen temas sumamente complejos que requieren atención y discusión. Tenemos a la vuelta de la esquina en México uno de los procesos electorales más importantes de nuestro país, donde se abordan nuevos desafíos y se abren oportunidades para la mejora continua y el fortalecimiento de la participación ciudadana.
Se hace un llamado a marcar la diferencia, donde la participación ciudadana sea la piedra angular de la política, desde elecciones estudiantiles hasta la representación en consejos, comités y porque no, hasta de una rectoría. Los jóvenes desempeñan un papel vital en la toma de decisiones, que afectan directamente a sus vidas en todos los ámbitos. Por esa misma razón se debe involucrarlos en los procesos democráticos, donde ejercen sus derechos pero también pueden llegar a contribuir en el fortalecimiento de la democracia.
Es
por ello que, la participación de los
jóvenes en la política es esencial para nutrir una sociedad dinámica, justa y
resiliente, sin utilizarlos como carne de cañón o en su defecto
manipular el sistema para beneficiarse en determinados procesos. La política debe manejarse con sabiduría y
visión para que ésta se convierta en un catalizador para el crecimiento, la
verdadera inclusión y el fortalecimiento social. Necesitamos una verdadera
democracia que seguirá estando llena de desafíos, no obstante generará
confianza en el votante.
En última instancia, la política es un tejido dinámico que une a la sociedad en la construcción de una comunidad sólida. Su impacto no se puede medir solo en el presente; es una inversión para el futuro. Las ideas, la energía y la pasión que los jóvenes aportan a la política no solo generan cambios inmediatos, sino que también establece el curso para una sociedad más justa.
La falta de representación en
algunos niveles o al interior de instituciones, la percepción de la falta de
experiencia y las grandes barreras que se tienen como es el caso del tan
llamado relevo generacional, en el cual vemos que se sigue privilegiando a los
mismos políticos para acceder a las candidaturas, hace más difícil su
participación. Sin embargo, estos desafíos también son oportunidades para abogar
por cambios necesarios y promover la equidad en la participación política.