Fallece el escritor español Javier Marías

 


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Javier Marías ha muerto a los 70 años en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid por los problemas derivados de una neumonía bilateral que le ha mantenido durante dos meses ingresado en el hospital.

La familia de Javier Marías distribuyó el pasado 14 de agosto una breve nota a través del departamento de Comunicación del grupo editorial de Marías, Penguin Random House, donde explicaba que el autor de Todas las almas estaba "en proceso de recuperación". Pero la gravedad de la severa afección pulmonar fue en aumento en las últimas semanas, hasta lo insalvable. El escritor será incinerado en Madrid, su ciudad de nacimiento, en la absoluta intimidad y no habrá velatorio. En el barrio de Chamberí (habitual en algunas de sus novelas) pasó la infancia y juventud. Era hijo del filósofo Julián Marías y de la profesora y traductora Dolores Franco.

Javier Marías deja una obra literaria excepcional. Deja un rastro de literatura intensísimo. Deja una monarquía heredada donde era el cabeza de lista y que dio paso a una editorial sagaz y exquisita (Reino de Redonda). Deja un desacuerdo contra algunas cosas del presente. Deja el eco de una ironía ágil. Y también deja polémicas desplegadas en artículos. Y deja traducciones, recuerdos de muchas películas -era sobrino del excéntrico director Jesús Franco-, incluso una muesca de literatura infantil, Ven a buscarme. Sí, un cuento para niños del feroz Marías. Y es un escritor que, felizmente, incomoda. Y es, a la vez, un tipo que alumbra.

Sucede con las novelas de Javier Marías algo muy interesante. Una primera escena formidable enreda las cosas y deja cabos sueltos que seguirán sueltos a lo largo de la novela porque no aspiran a resolverse del todo, porque esa es la forma de indagar en la penumbra y lo visible, entre lo sabido y lo callado, entre lo oculto y lo aparente, entre lo apenas adivinado. Un juego de luces y sombras donde los individuos están expuestos a un misterio, a un vértigo, a una inquietud. Es lo que podríamos llamar "la voz Marías", esa condición de territorio propio que tienen los escritores que importan, lo reconocible, el estilo, esa poética que nunca suplanta, sino que propone y alumbra a quien se acerca. El motivo por el que gusta su literatura es obvio: se trata de un escritor inteligente de los que ofrecen, al salir de sus libros, una cierta idea de mundo.

Fuente: El Mundo

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